Enfrentar un proceso oncológico supone una gran carga emocional y física, un reto diario marcado por la incertidumbre y el esfuerzo por alcanzar la recuperación. Sin embargo, para pacientes como Carolina Martínez, la situación resulta especialmente “dura” y “cruel” ya que la posible eliminación del modelo Muface amenaza tanto la continuidad de su tratamiento como la estabilidad emocional que le brinda el equipo que le ha estado acompañando durante los últimos nueve meses, de los cuales, seis han sido de tratamiento quimioterápico.
“Mi situación es muy dura: bastante dura y bastante difícil. Me costó muchísimo afrontar el miedo y el temor que surgió a partir del diagnóstico. Es una incertidumbre muy grande. Sin embargo, he tenido la suerte de comenzar este viaje con el acompañamiento de un equipo brillante y muy humano. Son mis médicos, mis enfermeras, mis especialistas… Es mi hospital, de referencia”, asegura esta funcionaria de carrera. Y reconoce: “Ellos no solo me han tratado, sino que me han cuidado, me han tranquilizado, han permitido que me sintiera segura y comprendida. Me siento muy vinculada a ellos y considero que esa confianza es clave para afrontar todo el proceso”.
Tras someterse a una delicada operación a consecuencia de su cáncer y a la espera de recibir radioterapia, Carolina se ha hecho eco de la decisión del Gobierno de eliminar el modelo Muface, es decir, acabar con la opción que tienen los funcionarios de acceder a la sanidad privada pagada por el Estado. Y es que, ninguna empresa ha querido renovar el contrato para prestar el servicio a la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado por considerar que la Administración no paga lo suficiente.
Así, el futuro de las coberturas de un millón de personas ha quedado en el aire. También el de Carolina, quien vive con una profunda preocupación y un sentimiento de desamparo. “Para alguien en mi situación, donde cada detalle del tratamiento cuenta y que estoy en medio de un largo tratamiento, esta decisión supone un golpe devastador. No solo porque me obligaría a cambiar de equipo médico y de hospital, sino porque rompe la continuidad en unos cuidados que han sido vitales para mi recuperación”, explica. “Es como empezar de cero cuando más necesitas estabilidad y certezas”, lamenta.
Carolina reclama al Gobierno que garantice la estabilidad en un momento tan crítico de su vida y la de tantos otros enfermos. “Esta incertidumbre me tiene muy nerviosa, muy alterada, muy agobiada. Por un lado, siento incredulidad, frustración y enojo a que me puedan quitar un derecho adquirido que ya tengo desde que fui funcionaria de carrera y que yo he elegido porque estaba ahí. Por otro lado, reclamo compasión para con las personas vulnerables. Necesitamos tranquilidad y no estar pensando que en enero ya no voy a poder seguir con mi tratamiento y con mis especialistas. Los que estamos enfermos necesitamos una garantía”, puntualiza.
En su caso, si el modelo Muface se eliminara, no podría optar al seguro privado que le permitiera continuar con su tratamiento y su equipo médico. “Yo soy una paciente oncológica, entonces, ya solamente el cuestionario que se hace solamente para poder entrar, no lo pasaría. Con lo cual, no tendría esa opción”. Y concluye: “Y no estoy en contra de la sanidad pública. Reivindico el derecho de elección que me dieron en su momento”.