La Agenda 2030 tiene como objetivo hacer un mundo más sostenible, lo que implica tomar medidas tanto a nivel medioambiental como también tecnológico, económico y social. En este punto, el sector de las telecomunicaciones ha tenido (y tiene) un impacto significativo en la transición digital y verde, impulsando tanto la innovación tecnológica como la sostenibilidad.
No en vano, la inversión en infraestructuras de telecomunicaciones ha generado empleo y ha impulsado el crecimiento económico, puesto que la mejora de la conectividad ha aumentado la productividad y la competitividad de las empresas, facilitando también la digitalización del tejido empresarial.
Por un lado, el despliegue de 5G permite una conectividad más rápida y fiable y el desarrollo de aplicaciones avanzadas como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y la computación en la nube, que pueden ser utilizadas para mejorar la sostenibilidad en otros ámbitos (mediante el análisis, por ejemplo, de los datos). Además, la mejora de la conectividad en áreas rurales y urbanas reduce la brecha digital y permite que más personas accedan a servicios digitales, haciendo de esta forma que el mundo sea más justo y sostenible.
Tal y como destaca Maya Ormazabal, directora de Medio Ambiente y Derechos Humanos de Telefónica, «es fundamental poner en valor la conectividad, la innovación y la digitalización para la transición verde. Nuestra industria, el sector de las telecomunicaciones, es una aliada indispensable para frenar el cambio climático».
Buena prueba de ello es que, gracias a la conectividad y las soluciones tecnológicas se pueden producir cambios en los hábitos diarios, como el teletrabajo, la formación online, o la apuesta por el transporte sostenible, que permiten una menor huella carbono y frenar el impacto sobre el planeta.
Así lo confirma el Informe «Vida Conectada 2023», por el cual Telefónica ha contribuido a evitar la emisión de 69,2 millones de toneladas de CO2 en 2023 gracias a los hábitos digitales adquiridos por sus clientes residenciales en España, Alemania y Brasil a través de la conectividad que la compañía pone a su disposición.
Pero todo desarrollo tecnológico impulsa puntos de mejora, por eso, la transición a redes más eficientes y la adopción de tecnologías sostenibles han contribuido a la reducción de emisiones de carbono. Telefónica lleva tiempo apostando por conectividades (tanto de fibra como de móvil) más eficientes energéticamente lo que, unido a más de 170 iniciativas, le ha permitido reducir su consumo energético un 8,6% comparado con el año 2015, a pesar de que el tráfico gestionado por sus redes ha aumentado 8,6 veces.
De igual modo, se impulsan activamente las iniciativas de transformación de redes, responsables de un 66% de sus ahorros totales en energía. Además, mantiene su compromiso con el apagado de redes legadas, tanto en la red móvil como en la fija.
Asimismo, en la actualidad el 100% de su consumo eléctrico proviene de fuentes renovables en Europa, Brasil, Chile y Perú; 84% a nivel global. Las emisiones de Telefónica en 2023, sin su Plan de Energía Renovable, habrían sido 3,5 veces superiores.
Además, Telefónica también dispone de un Plan de Acción Climática en el que pone negro sobre blanco todos sus compromisos en este campo. Así, la operadora se ha comprometido a reducir sus emisiones operacionales en un 90% en 2030 para alcanzar su objetivo Cero Neto Emisiones en 2040. Esto supone adelantarse diez años a los acuerdos internacionales. Cabe señalar que Telefónica fue la primera operadora de telecomunicaciones del mundo en obtener (en el año 2022) la validación de la iniciativa Science Based Targets (SBTi), según el nuevo «Net-Zero Standard», de sus objetivos medioambientales, tanto a corto como a medio y largo plazo. La compañía confirma así que su ruta de descarbonización está alineada con la ciencia.
Telefónica asegura que este Plan de Acción Climática es fundamental para lograr ser una compañía más eficiente y resiliente. De hecho, la operadora ha logrado reducir un 81,4% las emisiones operacionales (alcance 1 y 2) en todo su perímetro global y un 51% al incluir las generadas en su cadena de valor. De esta forma, la operadora ha alcanzado el objetivo planteado para 2030 con varios años de antelación.