Viajar miles de kilómetros con rumbo a Asunción, ya sea en avión, autobús, vehículo particular, camión, bicicleta o hasta a pie, pidiendo en cada parada un aventón, valió la pena para el hincha de Racing Club, que durante toda la semana llegó en gran número para decir presente en el estadio General Pablo Rojas, popularmente conocido como La Olla, y ver a su equipo conquistar su primera Copa Sudamericana luego de vencer 3-1 a Cruzeiro.
Las puertas del coloso de Cerro Porteño se abrieron desde muy temprano y la fanaticada de la Academia empezó a copar cada una de las tribunas que le asignaron e incluso las que estaban ya separada para los brasileños. Las banderas, bombos, trompetas y platillos empezaron a mostrarse y los cánticos no se hicieron esperar. Las gargantas de ambos equipos no solo alentaron los 90 minutos, sino desde antes y después.
En la antesala el cantante argentino Pepo entretuvo a los asistentes con su canción “Cumbia peposa” que fue entonada a todo pulmón y con lágrimas en los ojos por los más de 30,000 hinchas de Racing. “Llegó la banda de la Acadé, re loco yo te vengo a ver, acá no importa el resultado, yo te sigo a todos lados... Descontrolados, te vino a alentar, la Guardia Imperial...”.
Tras el show llegaría el pitazo inicial del árbitro uruguayo Esteban Ostojich. Racing salió con el ‘cuchillo entre los dientes’ y demostró en varios pasajes cómo es que se debe jugar una final. Cruzeiro, por su parte, se mostró sorprendido y no tuvo reacción, algo que preocupó al técnico Fernando Diniz.
Durante la primera mitad hubo un solo equipo y ese fue el equipo de Gustavo Costas. Si bien Cruzeiro tuvo la posesión del balón (65%) no encontró los espacios para hacer daño. Fue así que a los 3 minutos llegaría la apertura del marcador. Un pase largo del defensor Agustín García encontró al atacante Maximiliano Salas por izquierda, ganándole en velocidad a los zagueros brasileños. Salas en primera sacó el balón al corazón del área para Adrián Martínez, que con un amague dejó en el camino a su marca y habilitó a Gastón Martirena para romper el cero.
La celebración fue total, pero el VAR tuvo que intervenir ya que en la jugada previa hubo una posición adelantada. Costas masticó bronca ya que consideró que no hubo ‘off-side’.
El ataque continuó y los de Avellaneda ahora sí encontrarían su premio. El elenco azul estaba metido en su área y en un mal despeje, Martínez de cabeza recuperó el balón para Juanfer Quintero. En ese sector derecho estaba Martirena (15’) que en su intento por meter un centro colocó al golero Cassio, quien estaba adelantado y lo sorprendió. ¡Golazo!
El empuje por parte de Racing siguió y Agustín Almendra mandó otra vez por izquierda para Salas. El extremo aguantó un poco, levantó su cabeza y le envió un centro a “Maravilla” Martínez (20’) que casi debajo del arco puso el 2-0. Locura y desenfreno se vivió en ese momento en La Olla.
Sobre la media hora de juego el técnico Fernando Diniz movió su banco ya que en el mediocampo faltaba presión. Lucas Silva hizo su ingreso en reemplazo de Walace y Cruzeiro se acomodó mejor. Con el resultado en favor de los argentinos se fueron al descanso.
En el arranque del partido Cruzeiro salió con todo en busca del descuento y un empate que le permita soñar con el título. Fue ahí que Matheus Henrique hizo pared con Matheus Pereira y con una huacha incluida sacó un buen centro para Kaio Jorge (52’). El centrodelantero metió un buen cabezazo, pero el arquero Gabriel Arias controló con el pie; sin embargo, el balón quedó rebotando y el ‘19’ puso el descuento.
Tras el gol, Costas movió su pizarra para tratar de recuperar balones y mandó al campo de juego a Bruno Zuculini. El calor de Asunción (34°), sumado al esfuerzo físico que hizo el equipo durante el primer tiempo empezó a pasar factura y únicamente apelaban al contragolpe.
Fue ahí que, con más garra y corazón, Roger Martínez (90’ +5) recogió un balón en el mediocampo y empezó con la arremetida. Corrió hasta el área para de ahí sacar un fuerte derechazo que sentenció el 3-1 y sacó ese grito de gol que se vivió en el Cilindro de Avellaneda, lleno de hinchas que vieron el partido en pantalla gigante.
Gustavo Costas corrió desenfrenado y así le da a su amado Racing Club un nuevo título internacional, que se hizo esperar por 36 largos años. La última vez que levantaron un trofeo fue en la Supercopa de 1988, precisamente ante Cruzeiro. Aquella vez Costas era jugador.