"¡Te van a despedir por la mañana!", cantaban este sábado los aficionados del Tottenham Hotspur a Pep Guardiola. Su equipo estaba destrozando al Manchester City. Un 0-4 para sellar la quinta derrota consecutiva de los 'Sky Blues'. Lo nunca visto. Desde 2006 no perdía tantos partidos seguidos este equipo.
Con los goles de James Maddison, Pedro Porro y Brennan Johnson, el Tottenham maniató a un City al que ni el parón por fútbol de selecciones ni la renovación de Guardiola por dos años ha sacado de un letargo y una mediocridad inexplicable en este equipo.
No está Rodri, no, y al español le echan más de menos que nunca. Fue ovacionado en el césped con su preciado Balón de Oro, minutos antes de que el doble pivote formado por Rico Lewis e Ilkay Gündogan (Mateo Kovacic estará un mes lesionado) fuera fundido por un Tottenham que este curso ya eliminó a los cityzens de la Copa de la Liga.
Y eso que el City empezó bien, con dos ocasiones que Haaland no debería haber fallado. Ambas delante del portero. Los errores del noruego dieron paso al show de Maddison, apuesta de Ange Postecoglou que dejó en el banquillo a Brennan Johnson para dar entrada al inglés.
Dejan Kulusevski, estrella del partido, le robó la cartera a un tímido Gvardiol y puso un pase fantástico al segundo palo para que entrada Maddison y la acomodara con el interior. El pase y la llegada de Maddison fueron indefendibles.
Siete minutos después, cuando no se había cumplido ni el veinte, Maddison volvió a aparecer. Esta vez para dársela a Heung-min Son dentro del área y que el surcoreano arrastrara a dos, dejando el carril libre para que el inglés se desmarcara, recibiera la pelota y la picara por encima de Ederson. El aviso al City ya era real, y Guardiola hubiera dado un año de renovación por poder meter en ese momento en el campo a un Rodri que se desesperaba en la grada.
Pero lejos de protagonizar una remontada de escándalo, el City empeoró en la segunda mitad, porque ya con espacios, tiempo y seguridad en el marcador, el Tottenham es mucho más peligroso. Si además coincide con que Kulusevski, reconvertido del extremo a la posición de interior, está de dulce, tienen que cerrar el estadio.
El sueco inició la jugada del 0-3 en su propio campo, escapando de dos jugadores y dándosela a Son para que buscara en largo a Dominic Solanke. El ex del Bournemouth aguantó la pelota hasta que se unió al ataque Pedro Porro y el español disparó un misil para enmudecer a un Etihad Stadium anonadado por el naufragio de su equipo. Johnson, en el último minuto, amplió la goleada dejando en evidencia a un Kyle Walker que no pudo seguir el ritmo de Timo Werner, autor de la asistencia.
Desde el 26 de octubre, este City ha perdido los cinco encuentros que han jugado, contra el Tottenham Hotspur (x2), Sporting de Portugal, Bournemouth y Brighton. Desde 2006 no sumaba tantas derrotas seguidas. Entonces llegó hasta seis. Su récord fueron las siete que enlazaron en 1963. Si gana este domingo al Southampton, el Liverpool meterá una ventaja de ocho puntos al City. En la historia de la Premier solo cuatro veces se ha remontado una distancia superior a esa. Las cinco ligas consecutivas empiezan a ser una utopía.