La imagen de alguien golpeando un saco de boxeo o gritando al aire para liberar su enfado es una escena que muchos consideran terapéutica. Durante años, la idea de "soltar el enfado" ha sido promovida como una manera eficaz de gestionar emociones negativas. Se nos ha dicho que, al igual que una olla a presión, nuestro cuerpo necesita liberar el "vapor" emocional para evitar explotar. Pero ¿es esta realmente la mejor manera de lidiar con la ira?
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio pone en duda esta creencia tan extendida. Tras analizar datos de más de 10,000 personas en 154 estudios diferentes, los resultados sugieren que esta metáfora puede ser engañosa. Lejos de reducir la ira, ventilarla podría, en algunos casos, intensificarla.
Según el estudio, la clave para manejar el enfado no radica en liberarlo físicamente, sino en reducir los niveles de activación fisiológica que lo acompañan. Esto incluye síntomas como el aumento del ritmo cardíaco, la tensión muscular o la sensación de agitación. Actividades como correr o boxear, que incrementan estos niveles, podrían ser contraproducentes, incluso si se sienten liberadoras en el momento.
Por otro lado, los investigadores encontraron que técnicas de relajación como el yoga, la respiración profunda, la meditación o incluso algo tan simple como contar hasta diez resultan más efectivas para calmar la ira. Estas estrategias no solo ayudan a disminuir los síntomas físicos del enfado, sino que también fomentan un estado mental más reflexivo y menos impulsivo.
El estudio también señala que muchas prácticas populares, como las "rage rooms" (espacios donde la gente paga para romper objetos como forma de liberar tensión), no solo no ayudan a aliviar la ira, sino que podrían reforzar conductas agresivas. Según los autores, este tipo de actividades puede generar una sensación momentánea de alivio, pero no aborda las causas subyacentes del enfado ni enseña habilidades para gestionarlo de forma saludable.
En lugar de buscar la "catarsis" inmediata, los investigadores sugieren enfocarse en actividades que calmen tanto la mente como el cuerpo. Entre las más efectivas destacan la relajación muscular progresiva, la práctica de mindfulness o simplemente dedicar unos minutos a respirar profundamente.
Lo más destacable de estas recomendaciones es que no requieren grandes inversiones ni sesiones prolongadas de terapia. Muchas de estas técnicas están disponibles de forma gratuita a través de aplicaciones, videos en línea o simples guías prácticas. En un mundo cada vez más estresante, aprender a manejar el enfado con estas herramientas puede ser una solución accesible y efectiva para mejorar nuestro bienestar emocional.
La próxima vez que sientas la necesidad de "descargar" tu enfado, quizá valga la pena probar una de estas alternativas más tranquilas. Según la ciencia, a largo plazo, pueden ser mucho más útiles para recuperar la calma y enfrentar los desafíos diarios con una mejor perspectiva.