Los pilotos de
F1 tenían un enorme reto en la clasificación de Las Vegas. En un asfalto que parecía
"una pista de patinaje sobre hielo", como dijo Verstappen, muy deslizante por las bajas temperaturas y la suciedad, la mayor dificultad para todos era poner los neumáticos en temperatura en la vuelta de preparación para atacar y mantenerse en esa ventana óptima durante la vuelta, algo nada fácil porque las gomas se enfrían en las largas rectas.
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