Múltiples bombardeos golpearon Beirut la madrugada del sábado, uno de ellos con cinco misiles en el centro de la ciudad que destruyó un edificio residencial y dejó al menos cuatro muertos en la capital libanesa.
"La capital Beirut se despertó con una masacre espantosa. La aviación israelí destruyó completamente un edificio residencial de ocho plantas con la ayuda de cinco misiles", señaló la agencia libanesa de noticias NNA.
Los equipos de rescate se afanaban en retirar los escombros con la ayuda de excavadoras, según imágenes de AFPTV. Los socorristas citados por NNA evocaron un "gran número de muertos y heridos", sin más precisiones por el momento.
En la víspera y durante la madrugada del sábado, la aviación israelí ya había bombardeado en varias ocasiones la periferia sur de la capital, bastión del movimiento islamista Hezbolá contra el que está en guerra abierta desde septiembre.
El bombardeo en el corazón de Beirut, en el barrio popular y densamente poblado de Basta, dañó otros edificios cercanos, según imágenes de AFPTV, que mostraban a numerosas ambulancias en la zona.
"El bombardeo del enemigo israelí en Basta al Fawqa en Beirut mató a cuatro personas e hirió a otras 23", indicó el Ministerio de Salud de Líbano.
En videos que circulan en redes sociales pero que la AFP no pudo verificar se ve un inmenso cráter en el supuesto lugar donde se situaba el edificio atacado.
El líder de Hezbolá, Naim Qasem, había advertido en un discurso el miércoles que su movimiento atacará "el centro de Tel Aviv" en respuesta a los recientes bombardeos israelíes sobre Beirut.
Además de los ataques contra Beirut del viernes, Israel también bombardeó en esa jornada el sur de Líbano, donde murieron cinco socorristas afiliados a Hezbolá, según el Ministerio de Salud libanés.
La misma fuente señaló que el director de un hospital y seis miembros de su personal médico fallecieron por bombardeos israelíes en Baalbek, otro bastión del movimiento islamista en el este de Líbano.
De su parte, el ejército israelí reivindicó "una serie de ataques contra centros de comando terroristas de Hezbolá" en la periferia sur de Beirut y contra "objetivos terroristas" en la región de Tiro, en el sur.
Después de casi un año de hostilidades transfronterizas, Israel entró en guerra abierta contra Hezbolá a finales de septiembre, con una campaña de bombardeos contra sus bastiones y operaciones terrestres en el sur.
El movimiento chiita proiraní abrió el 8 de octubre de 2023, el día después del estallido de la guerra en Gaza, un frente contra Israel en el sur de Líbano en apoyo de su aliado palestino Hamás.
El objetivo de la campaña israelí es permitir el regreso seguro de los 60.000 desplazados del norte de Israel por los intercambios de disparos con Hezbolá, que también provocaron la huida de decenas de miles de habitantes del sur de Líbano.
La frecuencia de los bombardeos israelíes se intensificó tras la marcha del emisario estadounidense Amos Hochstein, que visitó Beirut martes y miércoles para intentar forjar un acuerdo de alto el fuego en este conflicto.
En Gaza, la agencia de Defensa Civil reportó al menos 19 muertos en bombardeos y disparos israelíes en varias partes del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.
El enclave palestino se hundió en una grave crisis humanitaria por esta guerra estallada tras el ataque de Hamás contra el sur de Israel del 7 de octubre de 2023.
La acción de los milicianos islamistas causó la muerte de 1.206 personas, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluyen los decesos de algunos rehenes tomados por Hamás.
Del total de 251 secuestrados, 97 siguen cautivos en Gaza, pero el ejército israelí estima que 34 de ellos murieron.
La ofensiva de represalia israelí se cobró la vida de al menos 44.056 personas en Gaza, según datos del Ministerio de Salud considerados fiables por la ONU.
El conflicto está siendo investigado por la Corte Penal Internacional, que el jueves emitió órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, acusados de crímenes de lesa humanidad y de guerra.
También solicitó la detención del jefe del brazo armado de Hamás, Mohamed Deif, considerado uno de los cerebros del ataque del 7 de octubre. Israel aseguró haberlo matado en julio en Gaza, pero el movimiento no confirmó su muerte.
Estas órdenes significan en teoría que los 125 Estados miembros de la CPI estarían obligados a detener a los acusados si entran en su territorio, aunque algunos como Hungría ya han insinuado que no lo harán.
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