Un grupo armado perpetró un asalto la madrugada del jueves 21 de noviembre a la sucursal de Bancoop en Naranjal (Paraguay), utilizando explosivos para llevar a cabo su ataque. Este incidente ha generado una ola de preocupación entre los ciudadanos y las autoridades, quienes se encuentran en alerta ante la creciente violencia en la región.
La comunidad quedó en estado de shock tras un violento asalto ocurrido la madrugada del último martes. Pese a la rápida intervención de las fuerzas de seguridad, un grupo de delincuentes armados y organizados logró ingresar a una entidad bancaria y escapar con un botín de 350 mil dólares. Testigos relatan que varias explosiones estremecieron la zona, desatando el pánico entre los residentes cercanos.
En un ataque registrado en detalle por las cámaras de seguridad, se observa cómo dos vehículos, un automóvil blanco y otro gris, llegaron al lugar y se estacionaron cerca de una estación de servicio contigua al banco. Mientras los delincuentes colocaban los explosivos, redujeron, golpearon y obligaron a un guardia de seguridad a permanecer boca abajo. En apenas cuatro minutos, la detonación destruyó por completo la infraestructura del banco.
Mientras uno de los vehículos retrocedía con el maletero abierto, presumiblemente para cargar el botín, al menos tres individuos ingresaron al edificio entre el polvo y el humo tras la explosión.
Los asaltantes bloquearon dos accesos al municipio con clavos “miguelito” para dificultar la persecución y asegurar su huida. Según un informe inicial de la Policía de Alto Paraná, los delincuentes lograron acceder a la bóveda del banco y escaparon con un botín considerable.
Este violento ataque mostró la necesidad de mejorar la seguridad en los bancos y de tomar medidas más fuertes contra el crimen organizado. Las autoridades locales ya están investigando para encontrar y detener a los responsables.
El ataque, calificado como “evidentemente planificado” y “desproporcionado” por el alcalde, Edoard Schaffrath, dejó daños significativos en el local, aunque no se precisó de inmediato el costo total, que se anticipa “importante”. Según el mandatario local, los asaltantes arrojaron clavos en forma de estrella para “cerrar” dos entradas a la ciudad, asegurando así su ruta de escape. Además, no descartó que el grupo haya recibido apoyo “de gente de la zona”, subrayando la meticulosidad con la que se llevó a cabo el asalto.
Mientras agentes de la Policía local escoltaban un camión transportador en la ruta principal para evitar un posible asalto, no escucharon ni la explosión ni los disparos en el ataque al banco de Naranjal. Este incidente, que duró solo siete minutos, concluyó con la huida del grupo armado, dejando al menos 50 clavos “miguelito” en las entradas y salidas de la ciudad para garantizar su escape.
Este caso recuerda un asalto similar en abril en Itapúa, donde un grupo armado robó 140.000 dólares al atacar una sucursal del Banco Nacional de Fomento (BNF). La región, que limita con Brasil y Argentina, sigue siendo un área afectada por la violencia, con varios incidentes de este tipo en los últimos meses.