El jueves en Sevilla no fue el día del mercadillo de la calle Feria, ni el día de Aldama, ni el de Jesús Navas; el jueves fue el día de las sillas de la procesión magna con la que se cerrará el 8 de diciembre el Congreso Internacional de Cofradías. La casuística daría hasta para hacer un programa de televisión de de testimonios. Desde el que se pidió el día libre para estar a primera hora de la mañana sentado ante el ordenador, la que a las siete de la mañana se colocó en la cola virtual y hasta dos hora y media después no logró conectarse a la taquilla de compra o quien hoy ha entrado ya en depresión...
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