Prácticamente como entraba a eso del filo del mediodía de este viernes, así salía hora y media después el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco , de la reunión con el jefe del Ejecutivo de la Nación, Pedro Sánchez , dentro de la ronda que hoy cierra con los dirigentes autonómicos. Vamos, que «sin compromisos concretos» a las demandas planteadas abandonaba La Moncloa en el que ha sido su segundo encuentro bilateral entre ambos. El único consuelo, que al menos, según explicaba tras la cita el propio Mañueco, se habían «emplazado a concretar» esos proyectos en cartera con los respectivos ministros. Eso sí, visto que llega diciembre y la Navidad, eso será como mínimo para enero o febrero, ya aventuraba el presidente castellano y leonés. Y que de su viaje a Madrid vuelva sin nada concreto alienta, advertía, que será «súper exigente en el cumplimiento» de unos proyectos y demandas «imprescindibles, necesarios para mi tierra». Como aseguraba, había acudido y lo mantenía, para «hablar de Castilla y León» y hacerlo « con tono constructivo» y «sobre todo, reivindicativo ». En la larga lista de demandas, un variado catálogo de materias que afectan directamente a Castilla y León, sin olvidar, puntualizaba el presidente de la Junta, otras como la financiación autonómica, la EBAU única o la «falta» de profesionales sanitarios que afectan al conjunto de las comunidades y que, dejaba claro, han de abordarse de forma multilateral en foros como la Conferencia de Presidentes prevista para el 13 de diciembre en Santander o el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Así, entre las reivindicaciones, las infraestructuras de ámbito «pendientes», que cifraba en «más de una quincena», sin olvidar el Corredor Atlántico o el apoyo al soterramiento de las vías del ferrocarril a su paso por las ciudades de León, Palencia y Valladolid. Capítulo destacado para las dotaciones hidráulicas, demanda de «limpieza de cauces» o el dedicado al campo . Y es que, ha advertido Mañueco, hay cuestiones en las que «nos sentimos menospreciados» por el Gobierno, como ha supuesto «la marginación» en las ayudas frente a la sequía o haber «dejado en la estacada» a los ganaderos afectados por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE).