En los últimos 30 años, las cuatro veces que el tipo de cambio real fue tan bajo como el actual (al final de la Convertibilidad, al final de Cistina Kirchner, con Mauricio Macri en 2017 y al final de Alberto Fernández) eso vino seguido de grandes devaluaciones.
Esta vez, sin embargo, se combina el superávit fiscal (algo que no estaba presente en ninguna de esas oportunidades), Vaca Muerta en el horizonte (que ofrecerá pronto u$s 15.000 millones al año) y el blanqueo como puente a 2025 (aportando las divisas en el corto plazo), lo que obliga a tomar en serio la posibilidad de tener un peso fuerte para rato, según un informe de la consultora 1816.
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Sin embargo, remarcan que hay al menos tres problemas vinculados con tener una moneda apreciada:
(i) Que si el contexto internacional se complica o hay un susto político el potencial de caída del peso es muy grande y el Banco Central no tiene reservas.
ii) Que el stock de pesos supera los u$s 100.000 millones al CCL, contra u$s 50.000 millones que había en enero, si se toma el M3 privado y títulos del tesoro en manos privadas no bancarias.
(iii) Que a este tipo de cambio hay sectores poco competitivos (turismo, algunas industrias).
Si todo sale bien, dicen en 1816, "vamos a tener sectores muy ganadores y sectores muy perdedores, pero eso no hay que verlo como algo malo: será en todo caso cuestión de administrar la abundancia".
"Dicho todo esto, como el largo plazo es una sucesión de cortos plazos, no perder de vista lo crucial que es la elección 2025, de resultado muy incierto. Por lo pronto, el BCRA sigue comprador en el MULC, gracias en parte a los préstamos en dólares (impulsados por el blanqueo)".
Un informe de la Fundación Encuentro, ligada al massismo, advierte que este esquema no sería preocupante si no fuera por las magnitudes que parece estar adquiriendo en muy poco tiempo y los riesgos que generaría que eventualmente se revierta.
Según sus estimaciones, la posición de carry desde agosto a octubre inclusive acumula una masa de pesos equivalente a u$s 10.500 millones: "Aproximadamente el equivalente a pagos de dos meses de importaciones".
"Para los exportadores nucleados en CIARA (exportadores del complejo sojero-cerealero) la jugada pasa por adelantar exportaciones vía anticipos o prefinanciaciones y por el negocio de importaciones temporarias de soja paraguaya.
En el caso de los anticipos las cerealeras colocan los pesos que reciben por los dólares liquidados en el mercado de cambios en instrumentos en pesos a tasa fija por el tiempo que tardan en pagarle a los productores de soja", señala el paper.
Los banqueros reconocen que "algo de esto hay. Sumale la sana remonetización en pesos de la economía, el multiplicador del crédito bancario en dólares, las recientes emisiones de obligaciones negociables en dólares y el número final va a ser más parecido a u$s 5000 millones de carry que a u$s 10.000 millones "a puro pedal".
Por eso no todo es carry y menos como el de 2016-2017, que eran bazookazos de dólares del exterior: esto es más vernáculo, de cabotaje y, entiendo, también más volátil.
Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, coincide en que la cifra del carry es más cercana a los u$s 4500 millones, y que ayuda a disminuir la presión sobre la demanda, principalmente de importaciones.
Desde el oficialismo hacen hincapié que, a diferencia de lo que ocurría cuando estaba el carry de Pimco y Templeton años atrás, ahora estiman sólo u$s 200 millones de inversores del exterior. "Tenes a las empresas colocando deuda en dólares, porque el fondeo es más barato. Pero no es carry, es deuda a entre 36 y 48 meses".