Tras el nombramiento de Teresa Ribera –antigua ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico– como vicepresidenta de la Comisión Europea, el Gobierno ha tenido que mover sus fichas para reemplazarla cuanto antes, especialmente ahora que Ribera, además, se encuentra bajo el escrutinio público por su gestión de la DANA en Valencia. Como sustituta llega Sara Aagesen, con la promesa de garantizar continuidad en una de las carteras más relevantes para la economía y el desarrollo sostenible del país.
Aagesen tiene un currículum sólido en el ámbito de la transición energética y el cambio climático. Es licenciada en Ingeniería Química, especializada en Medio Ambiente, y ha ocupado, desde 2020, el cargo de secretaria de Estado de Energía. Durante su tiempo en este puesto, lideró proyectos como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y la Estrategia a Largo Plazo 2050, alineando al país con los objetivos europeos de descarbonización.
La nueva ministra nació en Madrid en 1976 y se graduó en la Universidad Complutense de Madrid. Desde entonces, ha ejercido su profesión, primero en la Oficina Española de Cambio Climático (2002-2018) y, posteriormente, en la Secretaría de Estado. Se ha destacado por su participación en negociaciones internacionales en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), así como en la gestión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP25), que tuvo que improvisarse en Madrid.
Su experiencia abarca la planificación de escenarios energéticos, el análisis de emisiones y la implementación de medidas para mitigar el cambio climático. En 2013, recibió la Cruz de la Orden Civil del Mérito Medioambiental, un reconocimiento otorgado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, por su destacada labor en políticas medioambientales y climáticas.
En su rol como secretaria de Estado, Aagesen lideró iniciativas centradas en el impulso de las energías renovables, la eficiencia energética y la electrificación del sistema. Además, promovió políticas de transición justa para mitigar el impacto del cierre de centrales térmicas en comunidades afectadas, facilitando alternativas laborales sostenibles que permitieran a los trabajadores integrarse en nuevos campos sin repercusiones económicas para sus familias.
Aagesen es conocida por su discreción, un cambio de aire para el gabinete de Pedro Sánchez. Su ausencia en redes sociales contrasta con su constante trabajo para el Gobierno español en diferentes funciones, independientemente del color político. De hecho, no está afiliada a ningún partido y es reconocida como una negociadora de excelencia en términos intergubernamentales y en organismos internacionales.
Su nombramiento pone fin a meses de intensas especulaciones en el sector, incluida la prensa especializada, que, aunque consideraba su designación como la opción más probable, también contempló a otros candidatos con perfiles más políticos para liderar la estrategia energética de España.