Estos instrumentos de silicona son duraderos, seguros y no dañan las sartenes antiadherentes, pero ¿qué hacer cuando empiezan a oler?
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Los utensilios de cocina de silicona ofrecen ventajas que los hacen especialmente atractivos para el uso diario. Son resistentes a altas temperaturas, lo que permite utilizarlos en condiciones extremas sin que se deformen o liberen sustancias tóxicas, ya que la silicona de grado alimenticio puede soportar temperaturas de hasta 250-300ºC, mucho más que el nylon, que también se utiliza en utensilios de cocina y puede causar problemas.
Además, los utensilios de silicona son antiadherentes y flexibles, esto facilita tanto el manejo de alimentos delicados como su limpieza, reduciendo la necesidad de utilizar aceites o grasas adicionales. También son respetuosos con el delicado recubrimiento de las sartenes antiadherentes, ligeros y silenciosos.
La silicona es un polímero sintético compuesto por silicio, oxígeno y carbono. Es químicamente estable, lo que significa que no reacciona con los ácidos, manteniendo intactos los sabores y propiedades de los alimentos. Se pueden poner en el lavavajillas, son flexibles y recuperan su forma. ¿Cuál es el inconveniente entonces? Pueden absorber olores.
Los utensilios de cocina de silicona tienen una cierta tendencia a absorber olores, especialmente cuando se utilizan con alimentos con olores fuertes, como ajo, cebolla, especias o determinados aceites. Incluso pueden absorber el olor del detergente de lavavajillas. Este fenómeno, aunque puede parecer contradictorio con la idea de que la silicona es un material no poroso, tiene una explicación científica.
A pesar de su apariencia lisa y no porosa, la silicona de grado alimenticio es un polímero flexible con una estructura química que puede permitir la interacción con compuestos orgánicos volátiles, que son los responsables del aroma de ciertos alimentos.
Esto quiere decir que los olores no penetran profundamente en el material, pero se quedan pegados a su superficie, o quedan atrapados en los microporos que pueden desarrollarse con el uso prolongado o la exposición a altas temperaturas. Esta interacción es más probable cuando los utensilios se exponen a grasas o aceites, ya que la silicona es lipofílica, es decir, tiene una afinidad natural con la grasa, al tiempo que repele el agua.
El problema se agrava cuando los utensilios no se limpian adecuadamente después de su uso. Si se lavan solo con agua o con detergentes poco efectivos, las partículas de grasa o residuos aromáticos pueden quedar en la superficie del material, permitiendo que los olores se acumulen con el tiempo. Además, algunos olores son más persistentes que otros debido a la composición química de las moléculas que los generan. Por ejemplo, el azufre presente en el ajo o la cebolla tiende a adherirse fácilmente a la silicona y resulta difícil de eliminar por completo con métodos tradicionales.
Afortunadamente, existen formas de minimizar o incluso evitar el problema de los olores en los utensilios de silicona. Estos son algunos consejos:
Es importante tener en cuenta que no todos los utensilios de silicona tienen la misma calidad, y algunos productos de menor calidad y precio pueden ser más propensos a absorber olores. En un entorno en el que se pueden comprar estos utensilios a bajo precio de los grandes distribuidores de China, es importante comprobar que tengan la etiqueta CE, que verifica que obedecen a los estándares europeos de los materiales que van a estar en contacto con los alimentos. Este tipo de silicona es más resistentes y tiene una superficie mejor tratada para minimizar la absorción de compuestos.
Otra precaución es limitar la exposición de estos utensilios a los aceites, grasas o alimentos con olores fuertes, por ejemplo, cuando los dejamos dentro de la olla mientras se cocinan un guiso. En su lugar, conviene retirarlos para minimizar el tiempo que están en contacto con los alimentos.
Los utensilios de silicona son muy seguros, y una de las mejores opciones para preparar alimentos (sin rayar las sartenes). Sin embargo, si no tomamos precauciones pueden retener olores de la comida. Comprender las propiedades del material y cómo interactúa con los alimentos permite a los usuarios mantener sus utensilios limpios, sin olores y en buen estado durante más tiempo.