Las Jornadas de Otoño de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno han continuado hoy con su desarrollo en el Recinto Ferial de Pozoblanco con un bloque de ponencias dedicadas a la familia Machado y con una visión centrada, sobre todo, en Antonio y en Manuel, aunque también se han destacado las influencias en la obra de los poetas de algunos de los miembros de su familia. Así lo ha desgranado la periodista y escritora Eva Díaz Pérez que ha recorrido la historia de una «estirpe intelectual». Los primeros antecedentes destacados, según la autora sevillana, parten de la influencia del abuelo de los Machado, Antonio Machado y Núñez, científico, zoólogo, naturalista, antropólogo y geólogo, defensor de las tesis de Darwin y considerado uno de los primeros ecologistas. Un observador de la naturaleza que dejó huella en la obra de ambos poetas, Antonio y Manuel, y en su forma de plasmar y describir los ambientes en sus poemas. No es la única figura familiar que dejó poso en la obra de los Machado , ya que también lo hace Cipriana Álvarez Durán, la abuela, la «contadora de cuentos» que deja en los poetas esa «veta popular» a través de sus estudios sobre el folclore, además de su pasión por la pintura que transmitió a Manuel Machado, que se dedicó también a este arte. Y si sus abuelos influyeron en la obra de los Machado no está la misma exenta de la forma de entender la vida de Antonio Machado y Álvarez 'Demófilo' y Ana Ruiz Hernández, padres de Antonio y Manuel Machado. La periodista ha resaltado la pasión por el mundo popular, la oralidad, las costumbres y la inmortalidad de las coplas que emana de la influencia del padre y que deja aires romanceados en la obra de los poetas. Una vez analizadas las influencias familiares, ha tocado adentrarse de manera más nítida en la obra de los hermanos Machado y el primero en hacerlo ha sido Rafael Alarcón Sierra , catedrático de Literatura Española en la Universidad de Jaén. El profesor ha centrado su exposición en la aportación de los hermanos Antonio y Manuel Machado, junto a Juan Ramón Jiménez, como introductores del simbolismo, de «un nuevo tipo de escritura y lectura que funciona mediante la intuición y el matiz». «Toda la poesía española, hasta Bécquer y Rosalía de Castro, era realista, se entendía mediante la razón. Hay un salto impresionante con los Machado y Juan Ramón Jiménez porque introducen una poesía emocional, irracional, que llega derivada de la crisis de fin de siglo», ha expuesto el catedrático. Además de esa crisis de fin de siglo, los autores se ven influenciados por artistas franceses pero no se limitan a copiar, sino que «los Machado interiorizan el simbolismo y construyen un nuevo canon de la literatura española». Rafael Alarcón ha leído algunos fragmentos de la obra de Manuel Machado para ejemplarizar ese simbolismo y la apuesta «por la sobriedad y la economía de medios». En este sentido, ha resaltado 'Alma' como la obra con la que busca una identidad y trascendencia y que viene a significar «un catálogo del fin de siglo, con poemas de concentración y una especie de poética del silencio porque sus poemas dejan al lector paralizado». De la f amilia a Manuel y de Manuel a Antonio, porque la última ponencia de la tarde ha versado sobre la vida y obra de Antonio Machado de la mano del que fuera vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, que ha vuelto a las Jornadas de Otoño después de su presencia en la edición del año pasado. Y lo ha hecho con una declaración de intenciones porque sus primeras palabras han sido para hablar de «identificación» con un poeta al que fue acercándose de manera «paulatina» para entender una «compleja obra que me fue otorgando una peculiar escuela de aprendizaje». Guerra , que ha emocionado al público con la lectura apasionada de poemas del autor sevillano, ha defendido que el lector puede «crear su destino, su libertad» a partir de los poemas de Antonio Machado, una obra «de enorme pureza y transparencia» y ante la que hay que «andar con sumo cuidado porque es de una sencillez esquiva». El humor, su visión del mundo «llena de contrastes» o la creación de sus apócrifos han sido algunas de las cuestiones destacadas por Alfonso Guerra durante su disertación donde ha querido ir «más allá de la trivialización que se ha hecho de unos cuantos versos», porque «me parece importante recuperar una visión más completa de sus obras». En este sentido, Alfonso Guerra ha resaltado como elemento esencial de Antonio Machado «la entraña colectiva» afirmando que «su obra no tiene sentido sin la colectividad, sin el pueblo». Las tres heridas del poeta, la de la vida, la de la muerte y la del amor también han cobrado protagonismo durante la intervención de Guerra que ha establecido relación entre la vida del autor y su producción literaria leyendo algunos de los fragmentos escritos por un Antonio Machado que se consagra con 'Campos de Castilla'. En este punto, Alfonso Guerra ha querido destacar una carta a Rubén Darío donde reivindica el proyecto de vida de Antonio Machado de volver a Andalucía, a Sevilla. La tarde ha finalizado de la mejor manera posible, escuchando en la voz de la actriz Irene Escolar los versos de Antonio y Manuel Machado. Después de analizar la vida y obra de Juan Valera y de la familia Machado , la última sesión de las Jornadas se centrará en la desinformación. Álex Grijelmo García, profesor de la Escuela de Periodismo de El País, abordará esta temática desde 'El anonimato: razón y sinrazón', mientras que el director de ABC, Julián Quirós Monago, centrará su intervención en 'La prensa escrita y la nueva comunicación en las redes'. La terna de ponentes la completará Juan Luis Cebrián Echarri, director fundador de El País, centrándose en 'Los programas falsos como práctica política'. Posteriormente, se establecerá una conversación entre los tres ponentes.