El ataque de Ucrania contra el territorio ruso con misiles balísticos estadounidenses y británicos, ATACMS y Storm Shadow, respectivamente, de largo alcance y la respuesta rusa con un misil balístico intercontinental (ICBM) -según Ucrania-, o de alcance intermedio (IRBM) -según Estados Unidos- desde la región de Astracán, junto a un misil aerobalístico Kh-47 M2 y siete misiles crucero Kh-101, ha elevado el nivel de escalada entre Rusia y Occidente y tensado el pulso estratégico de disuasión nuclear ruso-estadounidense, debido a la posibilidad de carga nuclear del ICBM o del IRBM. La mayor parte de los medios occidentales están siguiendo el relato ruso de que si Occidente permitía a Ucrania el empleo de misiles balísticos de largo alcance, Rusia podía responder...
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