Una vez más, la atleta Ligia Madrigal demostró que es una competidora todoterreno, dispuesta a enfrentar cualquier desafío.
Este jueves 21 de noviembre, Ligia inició su decimonovena edición de la Ruta de los Conquistadores, tras haberse convertido en mayo pasado en la primera costarricense en alcanzar la cima del Monte Everest.
Ligia completó la primera etapa de la trigésima edición de la Ruta, que se desarrolló entre Siquirres y Casa Turire en Turrialba. Este trayecto de 63 kilómetros, lleno de barro, pasos por puentes colgantes y ascensos extremadamente exigentes, puso a prueba su fortaleza mental y física.
En la clasificación general, la vencedora en la categoría élite femenina fue Kristel Espinoza, del equipo 7C, con un tiempo de 3 horas, 28 minutos y 51 segundos (3:28:51), seguida por Krissia Araya con 3:42:59 y Fiorella Rojas con 3.45:34.
Sin embargo, Ligia, compitiendo en la categoría Máster, destacó por su esfuerzo y dedicación, consolidándose como la corredora femenina con más participaciones en esta considerada la carrera de montaña más dura del planeta.
En la rama masculina el vencedor fue el costarricense Carlos Herrera del equipo 7C con un crono de 2;38:52, seguido por el colombiano Luis Mejía, actual bicampeón de la Ruta, y el también nacional Rodolfo Villalobos, a un segundo.
“Sin duda, di todo lo que tenía en el primer día. Después de haber dejado de competir en bicicleta para prepararme para subir al Everest y con solo ocho semanas de entrenamiento, sabía que mi objetivo principal era terminar la carrera. Me siento bien, lo disfruto, y espero que esta ‘velocidad crucero’ me permita superar los cortes de tiempo y llegar a la meta”, confesó Madrigal a La Nación.
Para la ciclista y montañista, quien participó por última vez en la Ruta en 2019, es un reto compuesto en un 70% por fuerza mental y un 30% por condición física, ya que los corredores deben superar innumerables obstáculos que, en cierto modo, se asemejan a los desafíos de alcanzar la cima más alta del mundo.
“Para escalar el Monte Everest y participar en la Ruta, necesitas esa vocación de aceptar y convivir con el sufrimiento, porque se va a sufrir. La Ruta, al ser en mi país natal, la conozco y le tengo confianza, lo que la hace un poco más manejable en ese aspecto. Mis expectativas son terminarla. No será sencillo, pero daré todo mi esfuerzo por lograrlo”, explicó Madrigal.
La deportista de aventura comentó que, en agosto pasado, compitió en el evento Volcano 100 millas, participando en la modalidad de 50 kilómetros. Aunque esta competencia fue rápida y exigente, la ayudó a prepararse para afrontar la Ruta, una prueba sumamente demandante.
“La Ruta es un evento que va más allá del ciclismo, porque no solo se trata de pedalear; se requiere mucha fortaleza mental. No es fácil. Los recorridos, la altimetría, los cambios de clima y la humedad son muy duros. Sin embargo, es una experiencia muy bonita, porque atraviesas Costa Rica de costa a costa, y eso te impulsa día a día, incluso cuando estás cansado”, comentó Madrigal.
Ligia expresó que la Ruta es un reto único porque, a pesar del cansancio y el dolor, el atleta sabe que al día siguiente debe levantarse, ponerse el uniforme, subirse a la bicicleta y volver a competir. De manera similar al Monte Everest, es necesario esforzarse cada día para sobrevivir y alcanzar la meta.
“A diferencia del Everest, está claro que el clima en la Ruta es más amable. Quizás en la Ruta puedes sufrir de deshidratación y terminar en la orilla del camino, pero alguien te ofrecerá una gaseosa o agua. En el Everest, no tienes esa opción; allí puedes morir. En ese aspecto, la Ruta es menos complicada. Sin embargo, en ambos casos, el desafío es personal; independientemente de si llegas de primero o no, lograrlo es una satisfacción personal”, concluyó Madrigal.
Este viernes se correrá la segunda etapa entre Casa Turire, en la Suiza de Turrialba y Momentum Pinares en Tres Ríos a partir de las 5:30 a. m., para un total de 80 kilómetros, que tendrá fuertes ascensos en su paso por las faldas del Volcán Turrialba.