La Cumbre del Clima que se celebra en Bakú (Azerbaiyán) ha llegado a su recta final sin un acuerdo a la vista . A menos de 36 horas de que termine oficialmente, los casi 200 países presentes siguen sin encontrar un consenso en torno a cuestiones clave de la COP29, como quién pagará, cuánto y cómo para ayudar a las economías en desarrollo a reducir sus emisiones de carbono y adaptarse a los peores impactos del aumento global de las temperaturas. Tras semana y media de negociaciones, la presidencia de la cumbre ha publicado los textos base para un acuerdo , los que supuestamente deberían reflejar el trabajo hecho hasta ahora y auspiciar el mayor consenso posible. Pero no ha sido así. En las cuestiones clave como la financiación el texto no refleja ninguna cifra concreta para actualizar los 100.000 millones que se aportan ahora anualmente aunque habla de «billones»; también mantiene abierta la base de donantes para estos fondos, sin mayor especificación, y tampoco refleja avances sobre los trabajos para reducir emisiones de efecto invernadero ni los esfuerzos para dejar atrás los combustibles fósiles. «No voy a edulcorarlo», ha dicho el comisario de clima de la UE, Wopke Hoekstra. «Es claramente inaceptable tal como está ahora«, criticó sobre la base de que ahora el texto no es »equilibrado«. Uno de los caballos de batalla de la UE es lograr que grandes economías que hasta ahora no han contribuido a la financiación climática, como China o los estados del Golfo, entren a ello; así como reconocer nuevas vías de financiación que no se limiten solo a las contribuciones de los estados. También el enviado estadounidense para el clima, John Podesta, dijo estar «profundamente preocupado» por los textos. Y en el mismo sentido se pronunciaron una amplia variedad de países, con intereses contrapuestos y por diferentes motivos. «El texto actual contiene muchos elementos que no son satisfactorios ni aceptables para China «, dijo Xia Yingxian, un funcionario chino, informa AFP; mientras que el grupo de países subdesarrollados, agrupados en el G77 , defendieron la necesidad de poner cifras claras sobre la mesa y apuntaron a que se necesita una meta de movilización de «al menos» 500.000 millones de dólares anuales. Como es habitual, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha viajado en esta fase final a la COP29 para intentar dar un impulso a las negociaciones. «La COP29 está ahora en su punto más crítico, pero el fracaso no es una opción», ha afirmado en una rueda de prensa. Sin embargo, Guterres ha reconocido que muchos países están todavía en sus posiciones iniciales, defendiendo las mismas reclamaciones con las que llegaron a la cumbre, cuando es el momento de ceder y buscar un lugar de encuentro. Es el momento de moverse, avanzar y poner las cartas sobre la mesa, instó el secretario general, porque todavía quedan muchas «diferencias sustanciales».