El consumo resurge. Después de un par de años complicados por la crisis inflacionaria desatada primero por la salida en tromba de la economía mundial de la pandemia y por la invasión rusa de Ucrania después, las ventas del gran consumo se recuperan.
Patricia Daimiel, directora general Iberia de NIQ, ha declarado en el marco de la jornada "Perspectivas de Gran Consumo 2025" organizada por la patronal Aecoc, que el sector ha vuelto a niveles de crecimiento previos a la crisis de inflación, tanto en términos de volumen como en valor. "El valor ha pasado de crecer en el entorno del 10% en los años 2022 y 2023 a situarse en el 4,8% para lo que llevamos de 2024. Por su parte, el volumen ha mostrado también un desempeño positivo, situándose en el 1,9% en este acumulado anual a cierre de octubre de 2024. Aunque el aumento del precio promedio de la cesta total de productos se ha reducido desde principios de año, algunas categorías como las del aceite, chocolate y fragancias siguen registrando aumentos significativos", detalla Daimiel.
Daimiel también ha apuntado que a pesar de estos avances, el aumento del coste de la vida sigue siendo una de las principales preocupaciones para los consumidores españoles. Entre sus principales inquietudes, destacan el incremento del precio de los alimentos (33%) y el alza de las facturas de electricidad y gas (18%), además de la sombra de una posible recesión económica (18%).
La directora general Iberia de NIQ también ha explicado que el comportamiento del consumidor es “polarizado y presionado”, aunque hay indicios de mejora en las finanzas de los hogares españoles. Globalmente, el 27% de los consumidores se sienten menos preocupados en el ámbito financiero por la situación económica (frente al 21% del año anterior).
En cuanto a sus estrategias de compra, Daimiel asegura que los consumidores recurren a la racionalización y la vuelta a los básicos (46%), la búsqueda de las marcas de distribuidor (45%) y a la caza de promociones (44%).
La frecuencia de compra sigue siendo una estrategia de contención del gasto en los patrones de consumo, con un crecimiento importante de las cestas de compras puntuales, que contienen un número menor de productos y que, aunque suponen sólo un 14% de las cestas totales, aumentan sustancialmente su participación, según NIQ.
Otra de las estrategia, según su directiva, es la búsqueda de las marcas de distribuidor, que mantienen un crecimiento del 4,7% en volumen, mientras que las marcas de fabricante registran una caída del 1,3%.
El cambio hacia un consumo cada vez de mayor conveniencia se refleja, entre otros aspectos, en el auge de las ventas de productos “listos para comer”, que alcanzaron casi 700 millones de euros de facturación total, con un crecimiento del 24% en el último año. Entre las categorías con mejor comportamiento destacan el pollo (+16%), pasta/arroz (+24%) y ensaladas (+40%).