La ciudad de Nueva York se encuentra bajo advertencia de sequía por primera vez en 22 años, según informes de múltiples medios locales. Esta medida, precediendo a posibles restricciones obligatorias de agua, ha impulsado el envío de mensajes a los residentes a través de email y SMS instándoles a un uso responsable del recurso hídrico. La situación se agrava por la falta de precipitaciones significativas, pese a las previsiones de algunas lluvias para los próximos días.
La sequía afecta gran parte del noreste de Estados Unidos, exacerbando el riesgo de incendios forestales. Incendios en parques públicos de Nueva York, incluyendo un incidente significativo en Prospect Park, Brooklyn, han puesto de manifiesto la gravedad de la situación. La falta de precipitaciones durante el otoño ha provocado un descenso drástico de los niveles de agua en los embalses de la región.
La advertencia de sequía en Nueva York se extiende a 10 condados, incluyendo gran parte del valle del Hudson. En Nueva Jersey, declarada en alerta la semana pasada, el sur del estado sufre una sequía extrema, con un déficit de lluvia de aproximadamente 254 milímetros en los últimos tres meses. Prohibiciones estatales de quema de basura y hojas han sido implementadas, ante el incremento del riesgo de incendios. Incluso estados tradicionalmente húmedos, como Massachusetts, se encuentran bajo alertas por riesgo de incendios.
Ante la escasez histórica de lluvias, la ciudad de Nueva York ha pospuesto un proyecto de reparación de acueductos de 2.000 millones de dólares, y ha reanudado el suministro desde cuatro embalses en las montañas Catskill. El alcalde Eric Adams ha ordenado a las agencias municipales la reducción del consumo de agua, incluyendo una disminución en la frecuencia de lavado de autobuses y vagones del metro, y restricciones en el uso de agua para fuentes y campos de golf. El alcalde Adams declaró que: “puede que los vehículos de nuestra ciudad parezcan un poco más sucios y que nuestros subterráneos parezcan un poco más polvorientos, pero es lo que tenemos que hacer para retrasar o evitar una emergencia de sequía más grave”.
La advertencia de sequía es el segundo nivel de un sistema de tres escalas para la gestión de la sequía. Una declaración de emergencia implicaría mayores restricciones, incluyendo posibles aumentos en las tarifas del agua y prohibiciones para el lavado de aceras con mangueras o el riego de campos deportivos. Durante la última emergencia por sequía en 2002, las empresas se vieron obligadas a reducir su consumo de agua en un 15 por ciento. Las lluvias esperadas no se consideran suficientes para solucionar la situación a largo plazo.
Miles de hectáreas han sido afectadas por incendios en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, incluyendo zonas de Manhattan y Brooklyn. En la frontera entre Nueva York y Nueva Jersey, el incendio de Jennings Creek, que ha consumido más de 2000 hectáreas, obligó a la evacuación voluntaria de residentes. La falta de lluvias significativas desde finales de septiembre, con leves precipitaciones el 10 de noviembre que tuvieron poco impacto, ha agravado la situación.
Las lluvias previstas se consideran insuficientes para revertir la sequía prolongada. A pesar de que podrían ofrecer un alivio temporal en las zonas afectadas por incendios, se requieren precipitaciones más abundantes para contrarrestar el déficit hídrico acumulado durante el otoño. La situación exige la implementación de medidas de conservación de agua y la preparación para una posible escalada de las restricciones en caso de que la sequía persista o se agrave.