El presidente estadounidense, Joe Biden, autorizó a Ucrania a usar misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos militares en Rusia, horas después de un bombardeo masivo ruso contra la red eléctrica ucraniana.
Frente a esto, el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov, afirmó que la medida representa un nuevo nivel de participación de Estados Unidos en la guerra de Rusia en Ucrania. De esta manera, Moscú reiteró a través de un comunicado este lunes que consideraría un ataque con un misil estadounidense en su territorio como una agresión proveniente de Estados Unidos y no de Ucrania.
Cabe mencionar que tras la venia norteamericana el Ministerio de Defensa de Rusia confirmó el primer ataque ucraniano con misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense contra territorio de este país. De acuerdo a medios rusos, cinco misiles fueron derribados y un sexto impactó en el recinto de una instalación militar en la región fronteriza de Briansk sin causar daños ni heridos.
Ante la escalada de violencia del conflicto bélico europeo, el analista internacional Raúl Sohr sostuvo, en conversación con la primera edición de Radioanálisis, que “la guerra que estamos observando ya tiene importante aspectos internacionales“.
“En Rusia ahora ya hay tropas de Corea del Norte y Ucrania es, verdaderamente, una expresión del conjunto de occidente, con EEUU a la cabeza, pero Francia, Gran Bretaña y Alemania se han prodigado en blindar toda la ayuda militar posible. De hecho, el propio Kiev, Ucrania, ha reconocido que si no recibiera esa ayuda, le resultaría totalmente imposible continuar la guerra, es decir, ya la habrían perdido. De manera que lo que se conoce hasta cierto punto históricamente como guerras a través de terceros interpuestos, es decir, Ucrania es, y así lo ha entendido EEUU, una barrera para Rusia y prefiere invertir una cantidad muy sustantiva de ayuda en Ucrania sin tener que enfrentar directamente a Rusia”, explicó.
Respecto del escenario entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el experto internacional señaló que “la racionalidad o la argumentación de la OTAN, que agrupa a EEUU y a la mayoría de los países de Europa occidental, es que Rusia es un país expansionista y que Putin tiene ambiciones de conquistar los países bálticos y reconstruir hasta cierto punto lo que fue la Unión Soviética (URSS)“.
“Es decir, recuperar territorios que tuvo que abandonar con la caída del muro de Berlín. De manera que el argumento es hay que parar a Rusia en Ucrania porque sino después vendrán otros países y, por lo tanto, la OTAN en su argumentación lo señala casi como una guerra defensiva y de tratar de frenar a Rusia dentro de sus fronteras e impedir una expansión mayor”, detalló.
Acerca de la irrupción en esta guerra del mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, Sohr afirmó que el líder republicano “ha planteado, no ahora, sino que a lo largo de toda la campaña, e incluso cuando gobernó, una postura muy diferente a la de los demócratas y a la Biden, en particular, en el sentido de estimar que se podía llegar a una cuerdo con Putin“.
“De hecho, Trump y Putin han tenido conversaciones y se han piropiado mutuamente, se han reconocido por sus capacidades políticas y su inteligencia, de manera que hay una relación relativamente cordial entre ambos jefes de Estado. Esto responde a una visión estratégica del líder republicano que es básicamente aislacionista y que no quiere involucrarse en conflictos y que el mundo, por así decirlo, lo tiene relativamente sin cuidado. Por eso, él (Trump) plantea una política de aranceles, de hagamos EEUU grande nuevamente, de EEUU primero. Todo esto te habla de cuales son prioridades de como ve el mundo Donald Trump”, profundizó.
En esa misma línea, el analista internacional expuso que “el Partido Republicano venía arrastrando los pies de manera muy manifiesta en cuanto a la ayuda económica a Ucrania”, pues ese país depende en sumo grado de la ayuda norteamericana.
“Una mayoría republicana en el congreso estadounidense venía aplazando las entregas de ayudas y estuvieron seis meses en que no recibieron las partidas de ayuda en armas y dinero, que eran esenciales para Ucrania. Finalmente, lograron los demócratas hacer pasar estas partidas, pero esto se viene arrastrando. Por lo tanto, no es ninguna novedad lo que plantea Trump”, sumó.
Sohr destacó que dónde sí hay nerviosismo es en el Kiev, pues ha existido un “cambio de lenguaje”. “El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, está admitiendo que va haber una solución pronta al conflicto y que esto tiene que encontrar una salida negociada, cuando hace poco el veía una salida militar y exigía ayuda”, precisó.
En tanto, el experto manifestó que “Zelensky ha ido moderando su lenguaje“. A juicio del analista, el líder ucraniano “está preparando el terreno para una negociación que no necesariamente va ser favorable para Ucrania en la medida que refleje lo que esta pasando en el campo de batalla”.