El empresario se refiere al viaje con Ábalos y otras gestiones en el país latinoamericano y lo hace dentro de su declaración voluntaria que solicitó desde la prisión de Soto del Real, donde se encuentra provisionalmente por otro caso de corrupción
El empresario Víctor Aldama, epicentro del caso de corrupción del caso Koldo, ha declarado este jueves ante el juez que la foto que publicó el diario El Mundo del 3 de febrero de 2019 responde a un encuentro planificado con Pedro Sánchez porque el presidente del Gobierno había pedido conocerle, informan a elDiario.es fuentes jurídicas.
Según la versión del investigado, que se encuentra en prisión provisional por otro caso, el presidente del Gobierno le dijo que estaba “informado” de sus gestiones y le dio las gracias por lo que “estaba haciendo”, en relación a los contactos que mantenía en México y que habían fructificado en un viaje del entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y del propio empresario. Aldama ha añadido que la foto con Sánchez se hizo en un reservado y que él no es ni militante ni simpatizante del PSOE.
El presunto conseguidor del 'caso Koldo' pidió esta semana declarar de forma voluntaria ante el juez. Aldama ha llegado a la sede del tribunal especial en furgón policial desde la prisión sobre las 9.00 horas en la que permanece desde hace más de un mes tras ser detenido por otra operación relativa a un presunto fraude en el sector de hidrocarburos. La declaración ante el juez continúa.
Hasta el momento, la declaración de Aldama se centra en exponer su relevancia en gestiones que implicaban al Gobierno español. Una de las fotos que glosan el sumario recoge una reunión en México el 12 de diciembre de 2018, en la ciudad de Oaxaca, con autoridades del país y el ministro de entonces José Luis Ábalos, acompañado del empresario. Aldama ha relatado que el embajador español se molestó por que fuera el empreasrio quien organizara todo el encuentro, incluida la seguridad del mismo.
La foto de Aldama con Sánchez fue tomada el día antes de que el Gobierno publicitara un segundo viaje oficial de Ábalos a México para “afianzar la presencia de empresas españolas en proyectos de infraestructura y transporte del país” norteamericano. “Este encuentro, impulsado por Aldama, quien en ese momento era cónsul honorario de España en México y consejero de Globalia, giraría en torno a cuestiones relacionadas con transportes entre España y el país norteamericano y contaría con la participación de Ábalos, el gobernador de la región de Oaxaca en México -Pedro Murat- y el mexicano Pedro Miguel Haces Barba [del partido en el Gobierno]”, afirma la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en uno de los informes incorporados a la causa.
Durante su declaración, Aldama también se ha referido a la recién elegida vicepAresidenta de la Comisión europea y en ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, con la que, dijo, se ha reunido “en varias ocasiones”. Esos encuentros, que no forman parte de la investigación, trataron el proyecto de convertir pueblos de la España vaciada en “temáticos” y crear puestos de trabajo. “Ella sabía perfectamente quién era yo”, ha dicho Aldama sobre Ribera, según las fuentes consultadas.
En el proyecto para la España vaciada también participaba, según ha dicho Aldama, Javier Hidalgo, el consejero delegado de Globalia, dueña de Air Europa, compañía para la que trabajó también el empresario investigado. Aldama también ha relacionado con el proyecto a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno.
En el ‘caso Koldo’ los investigadores definen a Aldama como el “elemento corruptor” de la trama y sostienen que su poder de penetración llegó hasta la sala de máquinas del Ministerio de Transportes. Una incursión facilitada por Koldo García, quien pasó de portero de prostíbulo o guardia de seguridad —condenado por dar palizas— a asesor y mano derecha de Ábalos, con mucha influencia en el Ministerio y asiento en consejos de administración de varias empresas públicas.
Entre ambos se fraguó a partir del verano de 2018 una relación “única y directa” engrasada por las dádivas del empresario, que le pagó durante meses 10.000 euros en metálico, además de otras retribuciones extraordinarias. A cambio, el asesor le proporcionaba “información privilegiada” y acceso a “instancias superiores”, incluido Ábalos, al que los integrantes de la trama llamaban ‘el jefe’.