No acaba de inaugurarse el puerto de Chancay y ya los lobbies mercantilistas buscan, a partir de su influencia política, obtener un beneficio a dedo.
El puerto de Chancay se desarrolló íntegramente como un emprendimiento privado, a cuenta y riesgo de sus accionistas, sin ningún beneficio ni exoneración por parte del Estado.
Hoy se pretende crear por ley, una zona económica especial (ZEE), donde el impuesto a la renta sea 0%. La experiencia del Estado, entregando discrecionalmente privilegios a sectores económicos específicos o zonas geográficas, ha sido muy mala y muy injusta. Un empresario en Ilave, Cerro de Pasco o Candarave, que carece de acceso a potencia eléctrica, gas barato, buena infraestructura, está alejado de todos los mercados y no tiene un puerto al frente que lo conecta con la China en 25 días —ese empresario— paga 30% de impuesto a la renta, pero un empresario establecido en esta ZEE, con acceso a gas, electricidad, buena infraestructura y frente al puerto pagará 0% de impuesto a la renta. Es decir, el Estado premia al que ya cuenta con mejores condiciones para integrarse al mercado y castiga al que hoy tiene que hacer milagros para competir. Con esa lógica nunca lograremos extender la economía de mercado y capitalismo popular por todo el Perú. Una alternativa sería la Zona de Acondicionamiento Logístico; área intraportuaria, donde se puede incorporar insumos, mano de obra, energía peruana y generar valor agregado, desaduanando únicamente lo que es para el mercado peruano.
Salvo en ciudades de frontera y más por razones geopolíticas que económicas, hace sentido un beneficio discrecional, pero, en general, las normas y leyes deben ser iguales para todos. Si los impuestos son muy elevados y los trámites son muy engorrosos, ese es el problema de fondo que debemos discutir y resolver para TODA la economía y no eligiendo ganadores y perdedores a dedo.