Del nuevo
Camp Nou solo me interesa que en junio de 2026 esté terminado, que sea el mejor estadio del mundo y que las obras se ajusten al presupuesto. A partir de aquí, si volvemos dos meses antes o después a jugar con el 60% del aforo, sin la tercera grada y con las incomodidades de las obras es lo de menos. Incluso me resbala el trilerismo de calendario al que la directiva ha jugado hasta ahora. “Si no hay una pandemia o una catástrofe mundial, estaremos aquí el 29 de noviembre de 2024”.
La frase es de la vicepresidenta Elena Fort a Mundo Deportivo justo hace un año. Por suerte, no ha habido ni pandemia, ni ha llegado el fin del mundo.
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