Los CEO más importantes del mundo perdieron confianza en la dirección de la economía mundial y la nueva generación de directivos se siente más presionado para garantizar éxito y prosperidad en sus compañías. Solo el 72% de los número uno de las empresas confía en el futuro económico en los próximos tres años, frente al 93% que lo hacía hace una década.
Una preocupación que suman está sobre los empleados que se jubilarán pronto y la falta de trabajadores calificados disponibles para sustituirlos.
Los datos se desprenden de la encuesta realizada por KPMG Internacional a 1325 líderes de negocios de los principales mercados internacionales, que dirigen compañías con ingresos anuales de más de u$s 500 millones, incluido un tercio con ingresos de más de u$s 10 mil millones.
El "CEO Outlook 2024" revela sin embargo, que en los planes futuros de contratación de los ejecutivos del mundo, el 92% tiene previsto aumentar el número de empleados en los próximos tres años. Es la proporción más alta desde 2020.
Esta intención alcista de contratar empleados se genera a pesar de que los líderes sufren la exigencia de dirigir una organización grande, siendo que el 72% de ellos confiesan que se sienten más presionados que el año pasado para lograr la prosperidad a largo plazo de sus empresas.
Los factores que según los encuestados constituyen las principales amenazas para el crecimiento también fueron cambiando: los desafíos en torno a la cadena de suministro y los problemas operativos están ahora por encima de la ciberseguridad y de la principal amenaza del año pasado: la geopolítica y la incertidumbre política.
"Los últimos 10 años estuvieron marcados por volatilidad y cambio, desde una pandemia hasta el aumento de la inflación y el auge de la inteligencia artificial. Ante esta presión, los CEO se muestran firmes en la necesidad de invertir en el futuro. Las turbulencias exigen que los líderes sean más resilientes, ágiles e innovadores. De cara a los próximos 10 años, aquellos CEO que implementen estrategias audaces para adaptarse a nuestro mundo cambiante e inviertan en las tecnologías y el talento adecuados para hacer realidad sus planes podrán lograr un crecimiento sostenible a largo plazo", explica Bill Thomas, CEO y Presidente de KPMG Internacional.
En referencia a la Argentina particularmente, Néstor García, CEO y Presidente de KPMG en el país, señala que "el escenario de incertidumbre que expresan los lideres empresarios mundiales acerca de cómo evolucionará la economía encuentra hoy a la Argentina en un profundo cambio de su esquema económico orientado hacia un sistema abierto y competitivo. Esto representa un gran desafío, pero al mismo tiempo una oportunidad por las potencialidades que tiene el país en sectores clave de gran demanda mundial como son los vinculados a la agroindustria, a la energía y a la economía de conocimiento, entre otras. Las empresas que no se transformen y se adapten rápidamente tendrán problemas para crecer en la nueva economía digital que está impulsando el cambio".
Según explica el informe de KPMG, desde 2015, los CEO tienen que afrontar cambios en los patrones de trabajo ya que los empleados buscan más equilibrio, flexibilidad y una alineación entre sus creencias personales y el objeto de la organización. Este cambio hizo que los líderes exitosos situaran a los colaboradores en el centro de sus estrategias de crecimiento afianzando la relación con los empleados para retener y atraer talentos diversos y apoyar el crecimiento y la productividad.
El 83% espera un retorno total a la oficina en los próximos 3 años, un porcentaje significativamente superior al 64 % registrado en 2023. Otro 87% de los encuestados afirma que es probable que recompense a los empleados que hagan el esfuerzo de volver a la oficina con mejores asignaciones, aumentos salariales o ascensos.
Aunque la atención continúa centrándose en el debate sobre el lugar de trabajo, los CEO reconocen que existen otras cuestiones relacionadas con el talento que podrían afectar su crecimiento futuro.
Casi un tercio (31 %) afirma estar preocupado por los cambios en el mercado laboral, concretamente por el número de empleados que se jubilarán pronto y la falta de trabajadores calificados disponibles para sustituirlos.
En respuesta a la escasez de talento que se observa, el 80% de los CEO coinciden en que las organizaciones deberían invertir en el desarrollo de habilidades y en el aprendizaje permanente dentro de las comunidades locales para garantizar el acceso a futuros talentos.
La encuesta de 2024 de KPMG reveló también un cambio generacional. Los líderes más jóvenes (78% de los que tienen entre 40 y 49 años) admitieron sentirse más presionados para garantizar el éxito a largo plazo de su empresa que los líderes de más edad (68 % de los que tienen entre 60 y 69 años).
Sin embargo, los más jóvenes también mostraron mayores niveles de confianza a la hora de afrontar algunos de los problemas críticos de su organización. Aunque tienen menos confianza en que su organización pueda abordar todas sus prioridades de ESG simultáneamente en comparación con sus pares de mayor edad, confían más en su capacidad para hacer frente al control de las partes interesadas sobre las políticas de ESG. Un 43% de los CEO de entre 40 y 49 años se muestran confiados en comparación con el 33 % de los CEO de entre 50 y 59 años y el 30 % de los que tienen entre 60 y 69 años.
A pesar de la creciente politización de la agenda de ESG en algunos países, los líderes son especialmente sensibles al impacto que estas temáticas pueden tener en la confianza y la reputación de su organización.
El 76 % de los CEO dice que estarían dispuestos a desprenderse de una parte rentable del negocio si dañara su reputación, mientras que el 68% de los CEO afirman que tomarían posición sobre un tema político o social controvertido, incluso si el directorio expresara preocupaciones al respecto.
Sin embargo, más de la mitad (66 %) de los lideres admiten que no están preparados para enfrentar la evaluación y las expectativas de las partes interesadas con respecto a las cuestiones de ESG, lo que sugiere que planean tomar medidas para reducir estos riesgos.