Tras los primeros cien días de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, Cataluña ha dejado de ser un problema. Para los catalanes principalmente, pero también para el conjunto de la política española. Cataluña ha desaparecido del foco mediático , ha dejado de causar crisis y la convivencia ha mejorado. Los partidos independentistas están perdidos en esta nueva bahía de la tranquilidad. Esquerra todavía no sabe quién será su líder ni qué hoja de ruta tendrá para los próximos años. Junts está buscando una manera no traumática de explicar a sus bases la decisión tomada de renunciar a la independencia como prioridad. La CUP ni está ni se la espera y la Aliança Catalana de Silvia Orriols crece sobre todo...
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