La UEFA sancionó con multa a Rumanía, y con multa y derrota a Kosovo debido a la interrupción el pasado viernes del partido de Liga de Naciones entre ambas selecciones, después de cánticos contra Kosovo lanzados desde las gradas en Bucarest.
Cuando e partido se encaminaba al final con 0-0, una parte de los aficionados locales comenzaron a gritar "¡Serbia, Serbia!", lo que llevó a los futbolistas kosovares a abandonar el terreno de juego antes de la suspensión definitiva del partido.
En su decisión disciplinaria comunicada el miércoles, la UEFA consideró a Kosovo "responsable de que el partido no pudiese completarse" y decretó su derrota por 3-0, lo que consolida a Rumanía al frente del grupo 2 de la Liga C, con seis victorias en otros tantos partidos y 18 puntos, y le asegura el ascenso a la Liga B.
La Federación kosovar deberá además pagar 6.000 euros de multa por "conducta incorrecta del equipo".
Pero en términos económicos la sanción de mayor cuantía es para la Federación rumana, condenada a pagar 128.000 euros (135.000 dólares) por varias infracciones disciplinarias.
Y Rumanía deberá jugar a puerta cerrada su próximo partido en casa.
Para explicar su decisión, la UEFA cita el "comportamiento racista" de los aficionados rumanos, la transmisión de "mensajes políticos provocadores", las perturbaciones durante el himno kosovar, el lanzamiento de objetos o el encendido de bengalas y el uso de puntero láser.
Rumanía no reconoce la independencia de Kosovo, declarada en 2008, al igual que Serbia, que ha mantenido en determinadas zonas de su antigua provincia instituciones "paralelas", desde escuelas a hospitales.
Recientes estimaciones cifran en 100.000 el número de serbios que vivirían en Kosovo.