Tras divorciarse del ahora rey Carlos III, la Princesa Diana de Gales acudía mucho a la que fue la casa de su padre, John Spencer, quien decidió comprar una propiedad a su segunda esposa la condesa Raine Spencer en el corazón del barrio londinenses de Mayfair, en la calle Farm. Durante ese tiempo, por aquí pasaron también Mohammed Al Fayed, el Conde Jean-François Pineton de Chambrun y el famoso peluquero Pedro Constantinos , entre otros. Tras muerte de Spencer en 1992 por un ataque cardíaco, la condesa heredó esta vivienda junto a una casa de vacaciones en la ciudad de Bognor Regis, en la costa sur de Inglaterra. Ahora, por primera vez en 22 años, este inmueble salió al mercado y sorprendentemente se vendió en tan solo tres días. Se trata de una mansión de estilo georgiano con fachada de estuco de color crema con ventanas de guillotina que fue construida a principios de los años 80 y adquirida por el padre de Lady Di en 1990. La transacción se ha hecho efectiva tras el desembolso por parte de un comprador por el momento anónimo de 10,95 millones de libras esterlinas (unos 13 millones de euros al cambio actual). La casa dispone de cinco plantas –incluido un sótano–, comunicadas por escalera y ascensor, en las que se reparten unos 465 metros cuadrados de espacio habitable y que acogen un total de siete cuartos de baño, dos vestíbulos y cinco dormitorios, dos de ellos con vestidores y baño privado y una suite independiente con sala de estar que da a un patio privado, vestidor y baño. La planta semisótano también tiene la ventaja de contar con una entrada independiente a la calle. Además, entre las diferentes estancias hay una sala de estar con chimenea y estanterías de obra, un comedor formal decorado con paredes rojas y relucientes candelabros que cuenta con una mesa redonda con capacidad para ocho comensales y con chimenea, una cocina con gabinetes en color blanco, electrodomésticos de alta gama, una isla con fregadero y un área para desayunar, un salón principal con sofás y otra chimenea, una oficina y un estudio en la buhardilla que se comunica con una terraza. Por otro lado, también hay un alojamiento para el personal que proporciona un dormitorio con baño privado y una cocina. La vivienda se ha entregado con un garaje privado en un aparcamiento subterráneo seguro a unos pocos pasos de distancia.
