En medio de los rumores de privatización y tras la conciliación con los gremios aeronáuticos, Aerolíneas Argentinas avanza en la concreción de rutas más rentables, a la vez que busca ser más competitiva y acotar su déficit operativo en 2024 a menos de la mitad del que resultó en 2023 (de u$s 390 millones a u$s 150 millones).
Esta vez, firmó un acuerdo de código compartido con la árabe Saudia Airlines. El fin de este tipo de alianzas es facilitar la conectividad entre dos países, de manera que las aéreas se reparten los diferentes tramos del viaje hasta llegar a destino.
Así, más argentinos podrán viajar al país asiático. El acuerdo contempla una conexión desde Buenos Aires hasta Roma o Madrid con Aerolíneas Argentinas, y, desde allí, los pasajeros pueden continuar hacia Jeddah o Riyadh en vuelos operados por Saudia Airlines.
La aérea de bandera vuela 10 veces por semana a la capital española, mientras que tiene unas cinco frecuencias semanales hacia el aeropuerto de Fiumucino, en Roma.
De esta manera, los pasajeros sólo deberán hacer un único check-in en el aeropuerto de origen para todo el itinerario de vuelo y también se simplificará el despacho de equipaje, que podrá facturarse directamente al destino final.
Sucede que Arabia Saudita inició hace un tiempo un plan para convertirse en uno de los países más visitados del planeta para 2030. Con ese objetivo, el país asiático que estuvo cerrado para los turistas extranjeros por varios años (hasta 2019), invirtió u$s 800.000 millones para construir complejos hoteleros y una nueva compañía aérea que transporte a los visitantes hacia y dentro del país.
Al igual que varios de los países de Medio Oriente, la economía de Arabia Saudita depende casi exclusivamente de las exportaciones de petróleo. Entonces, el príncipe heredero y Primer Ministro de Arabia, Mohamed bin Salmán, está impulsando el turismo para que, en seis años, represente el 10% del producto bruto interno saudí, de manera que el país logre diversificar el ingreso de divisas, más allá de los combustibles fósiles.
De hecho, marcas de hoteles de lujo, como Hilton, Hyatt y Accor, entre otras, ya confirmaron sus planes para instalarse en el país. A su vez, la recientemente fundada aerolínea de bandera saudí Riyadh Air comenzará a operar en 2025.
Riyadh Air es propiedad del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita y forma parte del ambicioso proyecto para impulsar el turismo en el país. La aerolínea se fundó en marzo de 2023 y aún no inició sus operaciones comerciales.
Aerolíneas Argentinas, por su parte, ya tiene este tipo de acuerdos con otras aéreas como la chilena Sky, la brasileña Gol, Aeroméxico, Air Europa, Air France, China Eastern, Delta Air Lines, ITA Airways, entre otras.
"Este avance fortalece la red global de la compañía, generando un puente clave entre la Argentina y Medio Oriente con conexiones más fluidas", indicó la empresa en un comunicado. "Con estas nuevas conexiones, Aerolíneas Argentinas continúa ampliando sus horizontes internacionales, brindando más alternativas para el turismo y los negocios".
Este acuerdo llega en un momento en el que Aerolíneas Argentinas está en busca de operar rutas más rentables, a la vez que quiere reducir el déficit operativo de la empresa ante la posibilidad de privatización, un plan en el que avanza el Gobierno.
Si bien la semana pasada y luego de varios meses de negociaciones, paros encubiertos y caos en las terminales aeroportuarias, la empresa estatal llegó a un acuerdo con tres de los gremios aeronáuticos, las posibilidades de privatizar la compañía aérea se mantienen firmes.
"O cierra o se privatiza". Esa fue la frase del Presidente Javier Milei al respecto de la línea aérea de bandera. Sin embargo, para poder venderla, el Gobierno deberá lograr el visto bueno del Congreso, algo que ya no fluyó cuando intentó impulsarlo a través de la Ley Bases. Cabe recordar que Aerolíneas quedó eliminada de la lista de empresas a privatizar.
Además, en caso de que el Legislativo sí diera lugar a la opción de la venta, aún restaría definir qué tipo de condiciones se imponen.