Estamos en la sala de reuniones: un espacio grande y rectangular con un ventanal que da a un edificio vecino. A la izquierda, detrás de Bernarda Cella que se sienta cómoda en la cabecera, hay una pizarra garabateada que casi no deja espacio sin tocar. Estamos en el segundo piso de OLGA; abajo, Migue Granados y Lucas Fridman hacen su habitual programa, Soñé que volaba. En la esquina de Humboldt y Cabrera, a pleno mediodía, la gente se apiña para ver el streaming que con solo un año y cuatro meses, es el más visto de la Argentina.
Ante la pregunta de para qué es esa sala, la emprendedora responde: "Esta es la sala de reuniones", y se para, entusiasmada, para explicar en detalle cada punto de la pizarra.
"Esto fue el arranque de OLGA: el plan de la primera transmisión, el plan de las historias de Instagram, el video que hicimos para lanzar la programación. Quedó y no lo queremos borrar de cábala", grafica.
Bernarda, junto a su hermano Luis, decidieron crear OLGA porque a pesar del boom y del éxito de los canales de streaming, sentían que a los contenidos les faltaban profundidad. "La gente estaba viendo un mismo estilo y una misma película de la oferta de streaming: cuatro amigos hablando de qué hicieron la noche anterior o de si les gusta la pareja abierta o no. Era más una charla entre amigos que un contenido producido. Nosotros vimos otra parte. Sentíamos que había jóvenes que les interesaban otras cosas, como lo que pasa hoy en OLGA con las columnas, los programas con contenido, con humor, con entrevistas. Eso no existía".
Hija de Luis Cella, el histórico productor de Susana Giménez, Bernarda se crió en un estudio de televisión y transformó su contacto temprano con los medios en un estilo de vida. "Estudié bastante, soy licenciada en Comunicación de la UCA, tengo un posgrado de periodismo digital y además hice un terciario en TEA de producción".
Mientras estudiaba nunca dejó de trabajar. Empezó en Radio Nacional, a los 17 años, como asistente de producción. "Hacía fotocopias, llevaba café, los primeros meses fueron eso". Pero confiesa que nunca superó los dos años en un trabajo. "La gente que trabaja en medios tradicionales en general está hace 10 años en el mismo lugar, en el mismo puesto, haciendo lo mismo. Yo no quería entrar en esa dinámica de comodidad. Así que siempre elegí el movimiento".
Su último trabajo, antes de fundar OLGA, fue como productora en Telefe. "Decidimos dejar nuestros trabajos en medios tradicionales y abrir nuestra productora para empezar a hacer cosas en medios digitales".
- Cuando hiciste el salto dijiste, 'dejo Telefe, nos ponemos una productora', ¿cómo fue?
- Productora entre comillas, éramos Luis y yo, en mi casa. No fue fácil, nos tiramos a una pileta vacía. Nos fuimos sin la certeza de tener algo concreto, pero con la seguridad de que sabíamos que era realmente algo que queríamos hacer y queríamos hacerlo juntos. Mientras armábamos el canal, trabajamos en Luzu con Grego (Rossello) y con mi hermano. Al mismo tiempo la productora, que seguíamos siendo mi hermano y yo, ya empezaba a hacer otros proyectos en Infobae. Así estuvimos un montón de tiempo mientras en paralelo estaba la idea de hacer OLGA y de convencerlo a Migue Granados que hoy es nuestro socio.
- ¿Por qué un canal de streaming?
- Mientras trabajaba en tele veía que mis amigas no tenían ni idea lo que yo hacía y no estaban ni cerca de ver los programas. Para tomar algunas decisiones yo llamaba a mi abuela y le preguntaba qué le gustaba más, si esto o lo otro, porque al público al que apuntaba la tele era a mi abuela, que es una mujer de 60 años. Veía hacia dónde iba mi círculo de amigas y los contenidos que yo veía, porque todo lo hacía por YouTube o contenidos on demand. Para mí era rarísimo sentarme en un horario específico, prender la tele, tener un corte. Hoy creo que estamos acostumbrados a ver otra cosa.
Pero teníamos que hacer una diferencia grande porque ya había un montón de otros canales. OLGA salió último y sabíamos que el estudio tenía que ser distinto y las cámaras y los equipos tenían que ser mejores, porque si no, no nos iban a elegir. Ese fue uno de los desafíos más grandes que tuvimos con el canal.
- ¿Por qué Migue?
- Creíamos que Migue era la cara de todo eso que queríamos reunir: una persona muy popular, pero disruptiva, con un humor distinto, cool, que sabe entrevistar. Él estaba haciendo La Cruda y era un contenido muy prestigioso.
- Entiendo que no les respondió por seis meses. En ese tiempo, que ustedes ya habían armado una idea y un proyecto en base a él, ¿dijiste ‘qué hice'?
- Todos los días de nuestra vida teníamos miedo, porque la verdad es que no es fácil dejar de tener tu sueldo y depender de cuántos trabajos tengas ese mes. Eso sí fue difícil, pero creo que había algo en nosotros que confiaba mucho en la idea y en lo que iba a pasar. Sí empezamos a pensar en otros planes: si no es Migue, ¿quién? Y no se nos ocurrió nunca nada (se ríe).
Lo que empezó como un canal chico de 20 personas hoy es un streaming que emplea a más de 100. En lo que va del año, OLGA superó las 266 millones de reproducciones en YouTube -de las cuales 24 millones son del último mes- y tuvo la transmisión más vista de Argentina en el año con el Cris Morena Day. "Los Days son una locura. La gente se emociona, acampa para conseguir entradas, viene de otros países. Para el Cris Morena Day vino hasta gente de Israel".
Además de estos eventos especiales donde el foco es la música, OLGA entrevistó a personalidades que llevaron al canal un paso más allá y le dieron visibilidad. "La entrevista con Susana Giménez y la entrevista con Messi fueron highlights que hicieron que la gente empezara a elegir OLGA como el lugar para venir a hablar, gente muy importante que de repente nos decía que quería venir acá".
- ¿Por qué creés que tienen tanto éxito?
- Creo que encontramos la fórmula entre Migue, que venía más del palo, él había estado en el primer programa de streaming que le había ido bien en Argentina que fue Últimos cartuchos en Vorterix, y nosotros que veníamos de la tele. Éramos un mix genial entre la calidad y la producción, y la libertad y la rebeldía que tienen Migue. También, una diferencia muy grande que tenemos son nuestros eventos en vivo, los Days, que es una idea también de Migue. A él le gusta mucho la música e inculcarle esa música a la gente que nos ve que tiene 25 años y que tal vez no conoce esa onda.
- Económicamente, ¿cómo hicieron para montar todo?
- Mi hermano estaba almorzando con unos amigos y les cuenta la idea: un canal de streaming, con Migue Granados, con un estudio que diera a la calle, que es una idea que nos dio mi tío y que no era fácil de conseguir. En eso, un amigo de mi hermano de toda la vida le dice que él tiene el local ideal. Esto era una bicicletería. Así que este amigo pasa a ser nuestro socio: puso el local y se encargó de toda la parte económica y administrativa para armar el estudio.
- ¿Priorizan lo creativo por sobre el negocio? ¿Hacen una lectura del impacto que tienen los contenidos?
- Nosotros tenemos la suerte de primero pensar qué queremos hacer y después ver de qué forma lo vendemos y cómo hacemos que eso funcione. Porque obviamente esto es un negocio. Nosotros necesitamos que las cosas que hacemos funcionen comercialmente. El esquema es parecido al de los medios tradicionales: el área comercial vende los productos en base a cuánta gente te mira. Hoy OLGA, entre los canales de streaming de Argentina, es el más visto. Se sumaron las dos cosas: un producto que estamos orgullosos de hacer y gente al que le gusta. Las marcas desde el día uno, desde antes de arrancar, nos apoyan. OLGA es un canal que nunca perdió plata.
- ¿Cómo se monetiza un canal de streaming?
- Nuestros ingresos son casi el 90 por ciento a través de las marcas, como cualquier otro medio tradicional, y un 10 por ciento de YouTube. La monetización de YouTube en Argentina es un poco injusta, el clic es de los más bajos del mundo. La mayoría de la gente que nos ve es desde Argentina, entonces la plata que ingresa por ahí no es muy representativa. Nosotros hacemos como en la tele, pero sin corte comercial, sino todo dentro de los programas.
- ¿Pensás en qué puede pasar si el streaming deja de tener éxito o se transforma?
- Creo que el que gana es el que se puede adaptar. Nuestro trabajo es generar contenido. Hoy es YouTube, si mañana es otra cosa, será otra cosa. Pero hoy en día se produce para tele, se produce para radio, además de que nada de todo eso murió como algunos dicen. La tele sigue siendo el medio masivo por excelencia, no creo que sea algo que el streaming venga a matar, más bien todo lo contrario, creo que se fusionan y se mejoran. Nos moveremos a donde nos tengamos que mover y nos adaptaremos también a las nuevas generaciones, a las nuevas formas de ver.
- ¿Escuchan qué quiere la gente?
- Cien por ciento. La diferencia más grande del streaming es el contacto minuto a minuto con la gente, en directo. La gente te escribe en el chat de YouTube y nos importa lo que piensan.
- ¿Toman lo que opinan?
- Lo tomamos, obvio. Si hay algo que nosotros creemos que está buenísimo pero a la gente no le gustó, no nos encaprichamos en nuestra idea. Nosotros trabajamos para ellos.
- ¿Cómo es el usuario de OLGA?
- La mayoría es gente de 25 a 35 años que le gusta la música, está comprometida, le gusta escuchar hablar de actualidad.
- ¿Qué están pensando para el año que viene?
- Vemos un poco las necesidades comerciales, qué necesitamos como canal. Estamos pensando el año que viene en base a lo que queremos y a la gente que queremos tener. Seguramente haya varios programas nuevos. El relanzamiento siempre es muy importante, es volver a mostrar que tenemos ganas de ir por más, de seguir y de crecer. Ahora estamos en ese proceso que para mí es el más lindo, el más difícil, y el más desafiante.
- ¿Y a futuro?
- Nosotros pretendemos y sentimos que OLGA es más que un canal de streaming. Ya es otra cosa, OLGA no tiene views, tiene hinchas, ¿qué significa? Que hacés un show y vendés las entradas a la media hora, que sacas remeras y a la gente le encanta y las compran. Tenemos ganas de hacer un festival de música el año que viene y también de abrir OLGA en otros países.
- ¿Qué países?
- México, España, Brasil. Queremos poner un estudio ahí y replicar el negocio en esos lugares.
- ¿Por qué esos países?
- Está muy pensado. Cada país tiene una visión específica por diferentes motivos. México y España son de habla hispana y creemos que son dos lugares estratégicos, y Brasil es un lugar que para nosotros es importante y tenemos a la persona para hacerlo ahí, es un paso a seguir.
- ¿Para cuándo lo proyectan?
- Se empieza a armar y cada uno tendrá sus tiempos. Internamente queremos empezar a hacerlo desde el año que viene. Pero no sé cuándo la gente lo verá a la luz.
- ¿Sentís que todavía falta que la gente conozca OLGA?
- Obvio, hay mucha gente que no conoce OLGA. Nosotros trabajamos para un segmento y dentro de ese segmento mucha gente creo que lo conoce, pero mucha gente no lo ve. Trabajamos para que nos conozcan cada vez más.
- ¿Cuáles son los desafíos que ves?
- Creo que estamos en una época en donde todo va muy rápido, desde un cantante que la pega con una canción y al día siguiente ya no lo conoce nadie, al scrolleo de Tik Tok. La gente más chica no se banca ni una publicidad de YouTube. Creo que el desafío más grande es ir al lado de esa rapidez y no quedarse atrás, adaptarse lo antes posible y conocer el error rápido para cambiarlo.
- ¿Hay algo que te dé miedo?
- Los bots. Me da miedo que rompan el mercado. Hay canales que compran bots. ¿Qué quiere decir esto? Que en el número de YouTube aparece que lo están viendo 50 personas y en realidad lo están viendo dos. Y eso creo que tiene un peligro muy grande de romper el mercado, porque no podés distinguir cuánta gente realmente está viendo el otro canal y no el tuyo. Aunque también creo que hay formas de saber quién realmente llega a la gente.
Bernarda Cella está a cargo del área comercial, digital, artística, de producción, técnica y administrativa del canal. "Hago que las cosas funcionen bien", dice. Es decir, que las necesidades de todas las áreas estén cubiertas y los procesos den resultados.
- ¿Tenés que estar muchos pasos adelantada?
- A mí cuando me preguntan si yo soy consciente y si disfruto los Days, por ejemplo, la verdad es que muy poco, porque cuando está pasando el Charly Day, yo ya estoy pensando en el Movistar Arena, y cuando termina el Movistar Arena estoy pensando en el verano que nos vamos a Mar de Plata y ahí ya estoy pensando en marzo en el relanzamiento. Tenés que estar sí o sí adelantado porque las cosas pasan porque vos las pensás y las operativizás mucho tiempo antes. Es difícil disfrutarlo y estar en el momento presente porque ya estás pensando en las cosas que estás haciendo y en el próximo paso.
- ¿Te pasa de tener bloqueos creativos o de que no se te ocurra a quién traer al programa?
- Sí, obvio, todo el tiempo. Me encanta pensar creativamente, es la parte que más me gusta y realmente tenemos un equipo en el que confiamos mucho, lo que siempre ayuda. Nos escuchamos mucho.
- ¿Qué tiene que tener un invitado o personalidad OLGA?
- Creo que OLGA es la mezcla de la popularidad y (piensa) lo border. Una sola persona puede tener una de las dos, pero el equipo tiene que tener un poco de cada cosa. Y en esa mezcla entra el humor, el entretenimiento, la actualidad.
- ¿Aprendés?
- Sí, aprendo todos los días, y no lo digo por decir. De verdad, aprendemos todos los días, nos equivocamos todos los días, hay cosas para mejorar y eso hace que aprendas todo el tiempo.
- ¿Cómo te manejás con el error?
- (Piensa) Creo que hay una etapa de enojo, pero después es todo para mejor. En el momento te querés morir y decís ‘cómo no vi que esto era por acá', pero lo importante es no volver a hacerlo, es aprender de eso y mejorarlo al cien por ciento, ir a fondo con el error.
-¿Se te hizo complicado asumir un rol directivo en los medios siendo mujer?
- Yo no podría decir que se me volvió complicado porque tengo un lugar de privilegio enorme, entonces creo que sería muy injusta con la gente que de verdad se le complica. Entiendo que tal vez estamos mejor que antes, pero todavía hay mucha injusticia para las mujeres, no solo en medios, sino en general, en cualquier empresa, en cualquier lugar. Sí tuve situaciones en las cuales se me medía y se me ponía a prueba, muy distinto que a cualquier hombre. Tuve varias situaciones, aún en el lugar de privilegio que tengo hoy. Un ejemplo, hace poco salió una nota mía y un empresario grande, porque en general pasa con la gente más grande, le escribe a mi hermano y lo felicita por mi nota. Como una cosa de pertenencia entre ellos. A mí jamás me escribiría alguien para felicitarme por una nota que le hicieron a mi hermano. Son micro situaciones que me hacen sentir un poco incómoda y me tengo que poner un escalón arriba en personalidad. El otro día Migue me decía que parezco muy avasallante.
- ¿Avasallante en qué sentido?
- La personalidad de una, como mujer, en estos lugares tiene que ser muy fuerte. Yo tengo todos socios hombres, más grande que yo. Una se pone una coraza un poco más fuerte como para mostrar que no te pueden pasar por encima.