La oenegé Human Rights Watch (HRW) valoró el miércoles que los vínculos establecidos por la NBA con Emiratos Árabes Unidos podrían servir al "sportwashing", el lavado de imagen a través del deporte.
La liga norteamericana organiza partidos de pretemporada en Abu Dabi desde 2022, y la NBA Cup anual, que debutó la semana pasada, ahora cuenta con el patrocinio de la compañía Emirates de Dubai.
"Esos partidos forman parte de los esfuerzos desplegados por el gobierno de Emiratos para desviar la atención de las numerosas violaciones de derechos humanos cometidas en el país y en el extranjero", escribe HRW en un comunicado.
Según esta ONG con sede en Nueva York, estas violaciones incluyen un supuesto apoyo a los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR) en Sudán, donde una guerra ha provocado una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Las autoridades de Emiratos no reaccionaron de forma inmediata, pero a principios de semana negaron de nuevo en un comunicado cualquier tipo de implicación en la guerra de Sudán.
"Emiratos Árabes Unidos rechazan firmemente cualquier acusación de haber suministrado armas o equipamiento militar a una u a la otra parte beligerantes", destacaron en un comunicado.
HRW también habló de la "política de tolerancia cero" hacia cualquier tipo de disidencia en los Emiratos, y a un sistema de apadrinamiento "abusivo" para los trabajadores migrantes.
Esta organización menciona también un juicio en masa en el que 43 emiratíes fueron condenados a cadena perpetua por vínculos con el "terrorismo" en julio, un proceso criticado por los expertos de Naciones Unidas y por defensores de derechos humanos.
"La NBA debería saber que los Emiratos acogen eventos deportivos, culturales y de entretenimiento de alto nivel para promover una imagen pública de apertura y de tolerancia, en contradicción con las violaciones sistemáticas y endémicas de los derechos humanos", añade HRW.
Los Emiratos Árabes Unidos, ricos en petróleo, han invertido en el deporte de alto nivel como Fórmula 1, golf y fútbol. Abu Dabi es propietario del poderoso club inglés Manchester City.
Numerosos países, como China, Arabia Saudita y Catar, sede del Mundial-2022 de fútbol, han sido acusados de "sportwashing".
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