Adoptar un peludo seguro que te va a reportar muchísimas satisfacciones, pero también vas a tener que asumir una serie de responsabilidades y armarte de mucha paciencia
El truco para que los perros no manchen la casa sin tener que bañarlos cada día
Estabas deseando tener a esa pequeña (o no tanto) bolita peluda, suave y super entrañable entre tus brazos. Llevabas meses dándole vueltas a la cabeza para decidirte, y al final te has decantado por adoptar a un perro o un gato y sumar un nuevo miembro a la familia. Seguramente ya habrás sopesado todo lo que implica, muchas satisfacciones -si eres un amante de los animales- pero también una larga lista de compromisos y responsabilidades que no podemos eludir.
Cierto que no son las mismas para perros y gatos, pero sí que tienen algunas compartidas: tienes que preocuparte de procurarles un espacio en el hogar, de que sigan una alimentación correcta y acorde a su edad y condiciones físicas, de que mantengan una buena higiene, seguir su calendario vacunal y revisiones y llevarlos al veterinario si muestran signos de enfermedad o sufren alguna lesión, además de mantenerles activos dedicando un tiempo a jugar con ellos.
Si tu peludo es un perrito o perrita, además, tendrás que planificarte junto a los otros miembros de la familia para sacarle de paseo. Es muy importante para que pueda estirar sus patas, relacionarse con otros perros y jugar, pero también para pueda hacer sus necesidades. Para ello, tendrás que dedicar una buena parte de los primeros meses a educarle y mostrarle dónde puede y -dónde no- dejarse llevar en este sentido.
Aun así, hasta que aprendar a aguantar hasta sus momentos de paseo diarios -es crucial que siempre sean a las mismas horas y entre dos y tres al día- nadie te va a librar de que haya algún escape en la casa. Si tienes jardín puede que te libres con mayor facilidad de alguna pifia, pero en caso contrario te va a tocar echarle paciencia para limpiar las necesidades de tu mascota y esforzarte en eliminar el fuerte olor que desprende la orina de perro.
Aun cuando ya haya conseguido identificar que tiene que hacer sus necesidades en la calle y a su hora, es inevitable que de vez en cuando las mascotas suelten algunas gotas de orina en algunas zonas de la casa. Es su forma de marcar el territorio.
Y aunque los gatos son mucho más disciplinados y aseados -desde el primer día, la mayoría son capaces de identificar su arenero como su retrete felino- el pis de gato también genera unos olores capaces de impregnar todo el entorno. Por eso, si tienes posibilidad de colocar el arenero en una galería ventilada, balcón o terraza, no lo dudes.
Hay momentos en los que los gatos -por ser muy bebés, estar enfermos o desorientados, o simplemente al hacerse muy mayores- alguna vez tienen algún escape en otras zonas de la casa. Las alfombras o felpudos mullidos son uno de los lugares preferidos por los felinos para estos menesteres, seguidos de los montones de ropa que te hayas podido dejar por la casa o tu maravilloso sofá.
También puede pasar que si su arenero está ya muy sucio -te recomendamos limpiarlo de forma diaria y cambiar la arena al menos una vez a la semana- no le guste a tu gato y por eso decida buscar otro lugar para orinar. Los gatos suelen ser animales muy pulcros, y también muy maniáticos.
Por eso, además de mantener el arenero en perfectas condiciones de higiene, es vital tenerlo siempre en el mismo lugar, utilizar el mismo tipo de arena y en caso de que tengas varios gatos en casa, puede ser recomendable tener también un arenero para cada uno.
De gato o de perro, la orina y excrementos de los animales tienen unos olores muy intensos y no es fácil deshacerse de ellos. Así que toma nota porque vamos a darte una serie de consejos para dejar el parqué o esa alfombra a la que le ha cogido cariño tu mascota para hacer pipí como nuevos.
En el caso de que tus suelos sean de parqué, tendrás que actuar rápidamente para evitar que la madera absorba la orina y luego no podamos eliminar la mancha.
Si se te ha pasado por la cabeza utilizar otro tipo de productos más fuertes como el amoniaco o la lejía, te recomendamos no hacerlo pues al contacto con la orina de los animales puede liberar gases tóxicos y sería contraproducente, además de peligroso.