Marc Casadó es una de las principales futuras figuras del fútbol español. El joven pivote, que nació el 14 de septiembre de 2003 en Sant Pere de Vilamajor, Barcelona, ha exhibido un talento sobresaliente que lo ha propulsado a consolidarse en el Fútbol Club Barcelona, ya es internacional después de su debut con la Selección Española en este último parón de selecciones.
El padre de Marc, Albert Casadó, ha jugado un papel crucial en la educación de su hijo en el ámbito del fútbol. Desde su infancia, Albert participó de manera activa en el crecimiento deportivo de Marc, motivándolo a seguir su sueño y respaldándolo en cada etapa de su trayectoria.
Albert, un entusiasta del fútbol y el deporte, siempre estuvo presente en los entrenamientos y juegos de Marc, incluso cuando este apenas era un niño que participaba en el Vilamajor, el equipo de su localidad. Su respaldo no se redujo a aspectos emocionales; Albert también inculcó en Marc principios fundamentales como la disciplina, la tenacidad y la colaboración en equipo.
Adicionalmente, Albert ha representado un referente de estabilidad para Marc. En los momentos más complicados, tales como las transiciones entre equipos o las dudas inherentes a un joven atleta, su padre siempre estuvo presente para ofrecerle orientación y punto de vista. De acuerdo con los que los conocen, la relación entre Marc y Albert es íntima y fundamentada en el respeto recíproco, aspecto que Marc ha destacado en entrevistas como uno de los factores determinantes de su triunfo.
La madre de Marc, Anna Torras, ha representado el núcleo emocional de la familia. Desde su niñez, Marc halló en su madre una figura de respaldo incondicional, que no solo estuvo presente en cada etapa de su trayectoria profesional, sino que también lo ayudó a balancear las demandas del fútbol con su vida personal.
Anna ha sido caracterizada como una persona afectuosa y empática, que puede brindarle a su hijo la serenidad requerida en los instantes más estresantes de su trayectoria profesional. Su función fue crucial cuando Marc se mudó a la Masía de Barcelona a la edad de 13 años. Para un joven que abandonaba su ambiente familiar y su vida en Sant Pere de Vilamajor, fue vital tener el apoyo emocional de Anna.
Además de ser su principal orientadora en asuntos personales, Anna también se comprometió a que Marc permaneciera firme, recordándole constantemente la relevancia de la humildad y el empeño. De acuerdo con fuentes próximas a la familia, Anna es una ferviente promotora de la educación y siempre incentivó a Marc a no descuidar sus estudios mientras buscaba su sueño de ser futbolista.
La familia Casadó Torras siempre ha mantenido una unidad y dedicación hacia el crecimiento de Marc. Albert y Anna han desempeñado funciones complementarias, brindando respaldo en diversas áreas de su existencia. Por un lado, Albert impulsó el amor de Marc por el fútbol y lo orientó en su evolución como atleta, mientras que Anna brindó el balance emocional y los principios que lo han caracterizado como individuo.
Además, Marc cuenta con una hermana que también ha jugado un papel crucial en su existencia. A pesar de ser menos reconocida, su hermana ha tenido momentos cruciales con él y ha sido un respaldo silente en su camino.
