El 23 de noviembre de 1992 se cumplirán 32 años del crimen de Alcácer por el secuestro, violación, tortura y asesinato de tres adolescentes del municipio de Alcácer. La información entonces por los medios, fundamentalmente la televisión, impregnó en mi mente de manera indeleble un asco infinito por el tratamiento infame para consumo de televidentes adictos a todo tipo de truculencias en la exposición del sufrimiento de aquellas inocentes criaturas.
Entendí que con el "relato" de aquellos luctuosos acontecimientos quedaríamos inmunizados, como si de una "vacuna a perpetuidad" se tratara de la capacidad de las televisiones para inocular en nuestras mentes una insana adicción pornográfica y masturbatoria contemplando el dolor y la agonía de seres humanos que lo han perdido todo, ello en forma y fondo de los conocidos e intragables festivales de "Eurovisión" y sus interrupciones para comunicar que "Alemania nos había otorgado tres votos" en tratamiento similar al relato efectuado de la "tragedia valenciana" en programas de entretenimiento y con similar muletilla:
"Nos comunican la aparición de otro cadáver, lo que eleva a 87 el número de fallecidos. ¡Pero no se retire, solo serán tres minutos de publicidad y volvemos con ustedes, pues con seguridad recibiremos más!"
El recurso "impagable" como mamporreros de gran parte de los medios para agilipollamiento generalizado de masas, ello adobado con entrevistas a las pobres gentes que pareciera encuentran un efímero consuelo en relatar durante unos minutos sus desdichas, constituye en mi opinión un espectáculo inagotable de envilecimiento de esta sociedad que, no tendrá fin mientras siga creyendo en ayudas que íntimamente intuye nunca han de llegar en su totalidad como desvergonzadamente prometen.
Sabemos que será así, ello con solamente preguntar a los sufrientes que aún esperan el maná del Estado prometido por el mismo gobierno de entonces con motivo de la erupción del volcán de la isla de La Palma. Ayudas prometidas que serán dosificadas como propaganda hasta la próxima convocatoria de elecciones dada la abyección actual de un sistema que aún llamamos democracia con "ayudas" insisto con las que compran nuestros votos al precio de muchas vidas por una catástrofe, la misma evitable habiendo invertido en obras de infraestructura y mantenimiento que, por ser a largo plazo, solo salvan vidas pero no les dan votos.