Carlos Alcaraz mantuvo viva a España en la Copa Davis con su triunfo en individuales ante Griekspoor (7-6 [7/0] y 6-3), pero luego el dobles no pudo culminar la remontada (6-7 [4/7] y 6-7 [3/7]) y España está eliminada, por tanto ya ha llegado el duro día en el que se puede llamar a Rafa Nadal extenista. «Estamos al límite, y más en esta pista tan rápida», decía el balear tras caer ante Van de Zandschulp. Carlos dio una vida extra, pero en este formato de la Davis el juego por parejas toma más protagonismo y decide eliminatorias. Tocó cruz.
Carlos tenía un 4-0 en los partidos previos contra Griekspoor, pero tardó en entrar en erupción, como si la derrota de Nadal hubiera afectado a todo el equipo. «Sólo he podido ver los tres primeros juegos de Rafa, me comían los nervios. Si me quedo hasta el final no hubiera podido jugar», admitió el murciano. En el primer set incluso tuvo que remontar un break en contra, pero después se recuperó y empezó a encontrar sus golpes, su intensidad y su velocidad de bola, para cerrar el parcial con un tiebreak en blanco. En ese momento, Rafa ya estaba en el banquillo, animando como uno más, como todo el Martín Carpena. El segundo set se lo llevó Alcaraz de calle y todo quedaba pendiente de lo que sucediera con el dobles.
David Ferrer no cambió los planes iniciales y decidió apostar por Marcel Granollers, como es lógico, pues este año ha sido número uno del mundo de la especialidad, junto con Carlos Alcaraz. También repitió un jugador en Países Bajos, Van de Zandschulp, para jugar con Koolhof, el especialista de la selección «naranja», que, como Rafa, pondrá fin a su carrera después de esta Copa Davis.
En una superficie así y jugando en parejas, todo puede suceder. Es curiosa esta modalidad, ya que se juega con la raqueta y también con las manos y con la boca, como si fuera el mus. «¿Vas aquí o aquí?», se escuchaba perfectamente decir a Carlos, mientras por detrás hacía el gesto de una dirección de saque y otra. Todo fue muy parejo, con opciones para los dos bandos. Carlos y Marcel incluso una pelota de set en el primero, que no pudieron aprovechar y fueron con break de ventaja (4-2) en el segundo. Koolhof demostró su maestría especialmente en la volea, dejando un par detalles impresionantes. Menuda mano. Unida al saque de su compañero, formaron un equipo difícilmente superable. Lo intentó Granollers con su velocidad en la red, Alcaraz con sus tiros de magia, con un globo, con una dejadita, incluso pidiendo el apoyo del público, que no falló. Pero ni con esas fue suficiente para que Nadal tenga otro día más como tenista.