La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) bajó de naranja a amarilla la alerta por lluvias en todo el Pacífico, al tiempo que redujo a verde la alerta para la zona norte. En tanto, eliminó del todo las alertas en el Valle Central y Caribe sur.
Alejandro Picado, presidente de la CNE, explicó este martes que la medida obedece a que las precipitaciones en esos sectores se han reducido en forma considerable durante los últimos días.
En el caso del Pacífico, la alerta amarilla obedece a que en esa región hay suelos que mantienen entre un 85 % y un 95 % de saturación. En cuanto a la zona norte, la alerta verde significa precaución.
Picado añadió que en las últimas 24 horas regresaron a sus casas 390 personas que se encontraban en albergues, pero quedan 2.383 que todavía reciben atención porque las aguas no han bajado del todo.
A pesar de que la inestabilidad atmosférica es baja, la tarde de este martes hubo lluvias aisladas con aguaceros de variable intensidad en las zonas montañosas de San Carlos y Alajuela, así como en algunas partes de Grecia, Palmares, Naranjo, Puriscal, Heredia, Coronado, Moravia, Tibás y otros sectores del Valle Central.
De acuerdo con el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), hubo una actividad similar en las montañas de Pococí, la cordillera de Tilarán, los alrededores del golfo de Nicoya y las montañas del Pacífico central y sur.
El meteorólogo Paulo Solano indicó que durante las primeras horas de la noche podrían registrarse lluvias en las zonas costeras del Pacífico central y sur, incluyendo Puntarenas, Garabito, Quepos, Osa, Golfito y Corredores.
Se estiman acumulados de entre 15 y 60 litros por metro cuadrado, con posibles montos superiores en puntos localizados.
Pese a las mejoras en las condiciones del tiempo, las autoridades piden a la población no bajar la guardia en las zonas con más suelos saturados, como la península de Nicoya, el norte de Guanacaste, la costa del Pacífico central y las montañas del Pacífico sur.
Asimismo, en las montañas del oeste del Caribe, los niveles de saturación alcanzan aproximadamente un 80 %. Dicha condición incrementa la vulnerabilidad ante incidentes como inundaciones y deslizamientos.