Perú ve en el megapuerto de Chancay, inaugurado por Xi Jinping a distancia durante su reciente visita a Lima, una gran oportunidad de desarrollo económico. Pero también puede ser motivo de fricción entre las autoridades peruanas y las chinas, pues Pekín tendrá una creciente palanca de poder sobre el Gobierno nacional a medida que Chancay consolide su importancia en el comercio marítimo. La modificación a toda prisa, por amenazas chinas, de la ley que prohibía que un puerto público tuviera uso exclusivo, regulado únicamente por su operador –en este caso la naviera china Cosco– y para los clientes que desee, no es el mejor de los presagios. Chancay , a 80 kilómetros al norte de la capital, se convierte en...
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