Tras meses de solicitudes y negociaciones, Estados Unidos ha dado luz verde para que Ucrania utilice los misiles tácticos ATACMS (Army Tactical Missile System) contra objetivos en territorio ruso. Esta decisión representa un paso crucial en el apoyo militar de Washington a Kiev, profundizando su compromiso frente al conflicto armado que inició en febrero de 2022. La autorización incluye ciertas restricciones, pero amplía significativamente la capacidad ofensiva ucraniana en un momento crítico de la guerra.
El envío de estos misiles de largo alcance había sido solicitado insistentemente por el gobierno ucraniano desde los primeros meses de la invasión rusa. La Casa Blanca, tras evaluar cuidadosamente los riesgos de escalada, finalmente ha dado el visto bueno, lo que supone una nueva fase en el desarrollo de la cooperación militar entre las dos naciones.
Los misiles ATACMS son conocidos por su precisión y alcance, convirtiéndolos en una herramienta clave en operaciones de largo alcance. Diseñados por Lockheed Martin, estos sistemas pueden atacar objetivos estratégicos como bases militares, depósitos de armas y puntos de control.
Con un alcance superior a los 300 kilómetros, los ATACMS representan una ventaja táctica significativa para Ucrania. Su implementación permitirá a las fuerzas ucranianas golpear infraestructuras críticas más allá de las líneas del frente, debilitando las capacidades logísticas y militares rusas.
Esta tecnología avanzada ya ha mostrado su efectividad en conflictos previos, como la Guerra del Golfo. En el contexto del conflicto ucraniano, los expertos consideran que estos misiles podrían desempeñar un papel crucial en operaciones defensivas y ofensivas, especialmente en áreas donde las tropas rusas mantienen una fuerte presencia.
Desde el inicio de la invasión rusa, Estados Unidos ha proporcionado a Ucrania miles de millones de dólares en asistencia militar. Este respaldo ha incluido sistemas avanzados como los HIMARS, municiones de precisión y vehículos blindados. Sin embargo, la entrega de misiles ATACMS había sido una cuestión controvertida debido a su capacidad para alcanzar objetivos a más de 300 kilómetros, lo que potencialmente podría escalar el conflicto a niveles más peligrosos.
Según fuentes oficiales, la primera entrega de estos misiles se realizó en un paquete de asistencia militar aprobado recientemente. Aunque las condiciones exactas de su uso no se han divulgado, se entiende que la Casa Blanca ha establecido restricciones para garantizar que los ataques se enfoquen exclusivamente en objetivos estratégicos.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, destacó que esta decisión busca fortalecer la defensa ucraniana sin comprometer los principios de seguridad internacional. "Nuestro objetivo sigue siendo apoyar a Ucrania de manera responsable", afirmó en una conferencia de prensa.
La decisión de Estados Unidos ha generado reacciones divididas en la comunidad internacional. Mientras países aliados como el Reino Unido y Polonia han aplaudido la medida, Moscú ha expresado su descontento, calificándolo como una "provocación directa". El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que "cualquier intento de utilizar estas armas contra territorio ruso tendrá consecuencias graves".
Por otro lado, Ucrania ha recibido la noticia con optimismo. El presidente Volodímir Zelenski agradeció públicamente a Joe Biden y al pueblo estadounidense por su continuo apoyo. "Los misiles ATACMS son un símbolo de nuestra alianza y de nuestra lucha por la libertad", declaró en un mensaje televisado.
En la Unión Europea, líderes como Ursula von der Leyen han respaldado la decisión, subrayando la importancia de mantener el apoyo a Ucrania para garantizar la estabilidad en la región. Sin embargo, algunos países, como Hungría, han expresado reservas, argumentando que la medida podría intensificar las tensiones en lugar de reducirlas.
