David Ferrer ha sido una de las grandes figuras del tenis español y, aunque su carrera profesional terminó hace unos años, sigue siendo una persona muy presente tanto en el ámbito deportivo como en su vida personal. Con 42 años, Ferrer continúa siendo una figura admirada no solo por su tenacidad y esfuerzo en la cancha, sino también por su familia, su polémica en el US Open y su nueva etapa como seleccionador de la Copa Davis. Aquí te contamos más sobre el lado más personal de este icono del tenis. David Ferrer y su esposa, Marta Tornel, mantienen una relación muy discreta, alejada de los focos mediáticos. La pareja contrajo matrimonio en 2015 , después de varios años de relación. Aunque Marta, que es de origen español, prefiere mantenerse alejada de la esfera pública , se sabe que su apoyo incondicional ha sido una de las claves del éxito de Ferrer en su carrera. Marta es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, y aunque ha vivido bajo el radar mediático, ha sido fundamental en la vida de Ferrer, tanto en lo personal como en lo profesional. A lo largo de los años, se ha convertido en una mujer que equilibra la vida familiar con las exigencias de estar al lado de uno de los mejores tenistas de su generación. Tras el retiro de David, Marta ha sido la compañera ideal para construir su familia, mostrando siempre una gran estabilidad emocional. Juntos, tienen un hijo, Leo, nacido en 2018, quien se ha convertido en el centro de sus vidas. Leo es su mayor fuente de alegría y, aunque Ferrer es muy celoso de su vida privada, ha dejado ver en algunas entrevistas su lado más tierno y paternal . Leo, a sus seis años, es ya un pequeño que disfruta del cariño de sus padres, y David no duda en compartir, a través de sus redes sociales, los momentos más entrañables junto a él. En el terreno profesional, David Ferrer ha sido un pilar en la historia del tenis español. Su constancia, resistencia y sacrificio le llevaron a convertirse en uno de los jugadores más importantes de su generación. Si bien no conquistó un Grand Slam, sus victorias en torneos como el Masters 1000 de París o el Abierto de Australia en dobles y su presencia en la final del US Open 2012 son un testimonio de su nivel y su valía. En 2012, Ferrer alcanzó su mejor momento en el US Open, llegando a la final, aunque perdió ante Novak Djokovic en un reñido partido. No obstante, ese torneo marcó un antes y un después para él, debido a algunas polémicas que surgieron sobre su actitud en ciertos partidos y la forma en que manejaba la presión en los momentos clave de la competición. A pesar de las críticas, su reputación de ser un luchador incansable y un gran deportista no se vio empañada. Ferrer siempre fue un referente de disciplina , y su dedicación al deporte le valió el respeto de sus compañeros y rivales. Tras retirarse del tenis profesional, encontró un nuevo propósito en su carrera como seleccionador de la Copa Davis . El pasado marzo, fue nombrado capitán del equipo español, sucediendo a Sergio Bruguera. En su papel como entrenador, Ferrer ha demostrado una vez más su pasión por el tenis y su conocimiento profundo del juego. Bajo su liderazgo, España sigue siendo uno de los equipos más poderosos de la Copa Davis, con Ferrer liderando a los jugadores jóvenes con una mano firme pero cariñosa. Su experiencia en la pista como jugador y su habilidad para trabajar con los mejores tenistas del país lo han convertido en un referente no solo como competidor, sino como guía y mentor para las nuevas generaciones. Hoy, David Ferrer disfruta de una vida equilibrada , rodeado de su mujer y su hijo, mientras sigue contribuyendo al tenis español desde el banquillo. El legado que dejó en la cancha como jugador ha dado paso a una nueva etapa como líder de la Copa Davis, y su imagen sigue siendo un referente para todos aquellos que admiran el esfuerzo y la dedicación. A lo largo de su vida, ha demostrado que el verdadero triunfo va más allá de los trofeos. Su familia, su compromiso con el deporte y su capacidad para reinventarse después de su retirada son las cualidades que lo hacen una figura única dentro y fuera del tenis.