A partir de la decisión del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de unificar en 30 días el plazo para el pago de importaciones, además de normalizar el flujo de giros al exterior, el Gobierno busca ampliar el financiamiento de proveedores externos, a partir de otorgar mayor previsibilidad a la cadena productiva.
El rojo en la deuda comercial, es uno de los pilares que el equipo económico que lidera Luis Caputo, apuntaló en el inicio de la gestión para regular el efecto de la demanda de divisas del sector importador sobre las reservas oficiales, tras un registro récord que rondó los u$s 60.000 millones.
Las condiciones de acceso al Mercado Libre de Cambios (MLC) se fueron flexibilizando a lo largo del año, desde un calendario de hasta 4 cuotas según el tipo de bienes, hasta el acceso a 30 días, que entró en vigencia desde el 21 de octubre de 2024, y abrió un nuevo escenario.
Por un lado, fuentes oficiales indican que la mejora en las condiciones de pago comenzó a facilitar el financiamiento por parte de proveedores del exterior que empiezan a percibir un ordenamiento en la macroeconomía, lo que se traduce en mayor confianza sobre una "fecha certera" de giro de divisas.
Sin embargo, en el ámbito privado las opiniones se cruzan entre quienes aseguran que la "deuda vieja" principalmente con China todavía frena las operaciones y los que aseguran que "salvo algunos rebeldes o especuladores" se resolvió con el Bopreal y el acceso a dólares a las pymes con deuda de hasta u$s 500.000.
En ese sentido, la reactivación del crédito externo se proyecta como una aspiración con excepciones que marcan que el financiamiento es "incipiente", principalmente entre compañías de un mismo grupo o firmas que poseen larga trayectoria y amplia confianza comercial con sus socios en otros países.
Por eso, aunque destacan como positivo el acortamiento del plazo de pago, además de mostrar ansiedad por el levantamiento del cepo, la llave que espera el sector importador, es la que abre los pagos a la vista, contra el documento de embarque.
En ese sentido, desde GlobalTrip explican que "con los 30 días, al ser a partir de la fecha de nacionalización, se suman unos 60 días lo que termina en un plazo de pago de 90 días".
Por eso, todavía la situación no representa una mejora efectiva para la pyme demandante de insumos del exterior que debe recurrir a formas de pago alternativas.
La medida que permite a los importadores acceder más rápidamente al divisas oficiales para adquirir las divisas necesarias, incrementa la tensión sobre la demanda de dólares oficiales en el corto plazo.
"El BCRA ha demostrado capacidad para manejar estas presiones mediante intervenciones en el mercado cambiario y estrategias de acumulación de reservas", aclaró Martin Mazza, director de MM Investments.
"Por ejemplo -agregó-, en noviembre de 2024, la entidad compró más de 800 millones de dólares en el mercado, incluyendo una adquisición significativa de 245 millones en un solo día, la más alta desde mayo".
Hasta ahora, con la recesión económica que frenó el consumo y, en consecuencia, la demanda del sector importador que al día de hoy continúa gestionando stocks, como ancla, el Central logró administrar un superávit en la cuenta comercial de u$s 16.000 millones.
De cara a la reactivación que el sector privado coloca en el 2025, la normalización de pagos deberá llegar con mayor fluidez de divisas. La situación resultará clave para cumplir también con la meta de crecimiento económico de 5% que prevé el Gobierno, en línea con organismos internacionales como el FMI.
El escenario, significa un interrogante respecto a la disponibilidad de divisas para sostener el crecimiento y dar lugar a la demanda del sector externo; por eso, en este punto, los analistas advierten como mantra que "por cada punto que crece el producto, las importaciones crecen tres puntos".