Nuevos vientos soplan en Petroperú. Habiendo dejado atrás las dificultades para la conformación de su directorio, la gestión de Alejandro Narváez enfrenta una serie de desafíos para superar la situación de insolvencia financiera y garantizar una gestión que sea sostenible. En conferencia de prensa, descartó la quiebra de la empresa estatal y presentó un plan de acción 2024-2025.
“Cuando una empresa está en quiebra, significa que el patrimonio neto está negativo, que la pérdida supera al patrimonio, eso se llama pérdida, quiebra real, y hay salvaciones. Sin embargo, Petroperú no está y nunca estuvo con patrimonio negativo”, explicó.
Una de las primeras tareas que se desprenden del plan de Narváez es el cumplimiento del Decreto de Urgencia nº 013-2024, emitido por el Poder Ejecutivo en setiembre de este año, que dispone la implementación de medidas que generen eficiencia operativa, reducción de costos y encaminen la reestructuración de Petroperú.
Para este último objetivo, se contratará una firma de prestigio internacional que se encargue de diseñar y gestionar la implementación del proceso de transformación integral de la petrolera. Ya no será una PMO como sugería el anterior directorio y su vocero, Oliver Stark. La segunda tarea consiste en implementar una estrategia comercial para mejorar su participación de mercado, que actualmente alcanza el 25%. La meta es cerrar el 2024 con un 28% y llegar al 38% el próximo año, cifra que se muestra aún distante de aquel 53% que alcanzó la gestión Narváez en el 2004.
“Este año debemos cerrar con una cuota de participación de mercado de 28%; con ello, se reducirán las pérdidas proyectadas. Para el 2025, tenemos como meta una cuota de mercado del 38%, lo que nos permitirá obtener cifras en azul”, afirmó el presidente de Petroperú.
Sin lugar a dudas, la Nueva Refinería de Talara (NRT) tendrá un rol fundamental en la estrategia de Petroperú para asegurar el suministro de combustibles de alta calidad en el país. Como se recuerda, el ministro de Economía y Finanzas (MEF), José Arista, había informado que su producción alcanzó aproximadamente 80.000 barriles diarios, con expectativas de llegar a los 95.000 para el último mes del año.
El presidente de Petroperú lo sabe. Proyecta que el cierre del 2024 “no será tan abultado como se esperaba”, pero el 2025 ofrece un mejor panorama. Si bien recibió la empresa con un margen de refinación negativa en NRT (-3,90 en setiembre) y con costos de producción elevados, se espera revertir esta situación.
“Nuestro objetivo es que la refinería Talara llegue a procesar hasta 100.000 barriles por día en diciembre 2024 con un margen operativo superior al actual”, detalló. Ya lo había anticipado Standard & Poors (S&P): pese a la puesta en marcha accidentada de la refinería de Talara, se estima un EBITDA positivo de US$450 millones para el otro año.
Una tercera tarea que esboza Alejandro Narváez es la de fomentar mecanismos de rendición de cuentas en Petroperú. Para ello, propone retomar el funcionamiento de la Comisión de Ética y Transparencia que se tuvo anteriormente en la petrolera.
Adelantó que se realizará una auditoría forense con participación de la Contraloría para identificar presuntas irregularidades en la ejecución de la NRT y declaró que continúa en marcha la venta de activos improductivos que mantiene la petrolera. Finalmente, dejó claro que no se pedirá más dinero del Estado, ya que Petroperú tiene la capacidad suficiente para llevar adelante una reestructuración estructural y organizacional que le permita crecer.