Los cigarros Inca y Nacional, icónicos en Perú por su asociación con tradiciones populares y rituales, han experimentado un notable cambio en su historia reciente al igual que el concepto de fumar en la sociedad. Aunque fueron productos muy consumidos por la clase trabajadora debido a su accesibilidad económica, en los últimos años su uso ha quedado casi exclusivamente vinculado a ceremonias y prácticas culturales, convirtiéndose en parte de la parafernalia tradicional.
En abril de 2003, tras meses de negociaciones, British American Tobacco (BAT) adquirió el 93,76% de la Tabacalera Nacional, fabricante de los cigarros Inca y Nacional, en una operación valorada en 40 millones de dólares. A partir de esa compra, las marcas cambiaron de imagen y su distribución se limitó principalmente a provincias.
De acuerdo con un informe del medio independiente Ojo Público, BAT decidió trasladar la producción a Chile por razones de rentabilidad, exportando la hoja de tabaco peruana hacia ese país. Esto marcó el fin de la producción nacional de tabaco, dejando a Perú únicamente como un importador del producto. Nadie lo imaginaba, pero a partir de ese momento, los consumidores locales extrañarían para siempre a estas recordadas marcas.
En Chile, según el medio La Patria, la marca Inca fue relanzada para un mercado diferente, perdiendo relevancia en territorio peruano. Desde 2014, este cigarro ha sido cada vez más difícil de encontrar. Ni en las confiables plataformas de venta online, que habitualmente tienen todo lo que uno busca como Mercado Libre, se pueden hallar con facilidad. Por su parte, los cigarros Nacional aún se distribuyen en algunas zonas del país, pero de forma limitada y con baja visibilidad.
Por su costo accesible, el cigarro Inca llegó a representar un símbolo para las personas de barrio y del pueblo. Con el tiempo, los chamanes fueron incorporando como parte de sus rituales mágicos espirituales al clásico envoltorio de esta marca de cigarros. Ellos lo consideran como un objeto mágico cargado de energía.
Debido a la rápida desaparición del producto en establecimientos formales, se vieron obligados a comprar las cajetillas en línea, adquiriéndolas por cajas a través de una página llamada 'Curandero Peruano'. Esto respondía a la firme creencia de estos supuestos especialistas de que otros cigarrillos carecían del poder espiritual necesario, por lo que no eran útiles para atraer la buena suerte.
Para ciertos curanderos, el cigarro Inca tuvo un papel simbólico en la victoria de Pedro Castillo en las elecciones presidenciales. Antes de la segunda vuelta, un chamán conocido como Juan de Dios realizó un ritual en el que fumó tres cigarros Inca, mientras sus tres acompañantes quemaban una imagen de Keiko Fujimori.
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Fundada en 1902, British American Tobacco es una de las principales tabacaleras del mundo, liderando el mercado en más de 55 países, incluido Perú, donde inició operaciones en 1995 y alcanzó el liderazgo en 2003.
En Perú, la compañía opera un centro de distribución ubicado en el distrito de Ate, donde antes funcionaba la Tabacalera Nacional. Hoy, BAT se presenta como la empresa tabacalera con mayor alcance global, aunque su traslado de operaciones ha dejado una huella en la tradición tabacalera peruana.
