Joe Biden y Xi Jinping tendrán una última reunión histórica en Lima, en la clausura de la APEC 2024, antes de que Donald Trump retorne a la Casa Blanca. El encuentro se da en medio de tensiones entre Estados Unidos y China, cuya influencia en América Latina ha aumentado tras la inauguración del megapuerto de Chancay.
La última vez que Biden y Xi se vieron las caras fue en San Francisco, donde lograron acuerdos para la conversación en temas militares y para frenar la producción de fentanilo. Sin embargo, con la llegada de Trump las relaciones podrían complicarse aún más.
El diálogo entre Biden y Xi está previsto a partir de las 4.00 p. m., el tercero entre los líderes de las dos mayores economías del mundo.
El gobierno de Joe Biden busca abordar temas como el hackeo informático chino, las violaciones a los derechos humanos y las amenazas contra Taiwán durante la reunión en Perú, según informa The New York Times.
Xi Jinping, el líder más poderoso de China desde Mao Zedong que continúa sin límites de mandato, ha expandido la influencia de Pekín a nivel mundial, incluso en áreas cercanas a Estados Unidos. Durante su visita a Perú, Xi destacó la inauguración del megapuerto de 3500 millones de dólares financiada por China. Asimismo, ha atribuido los problemas económicos de China a la "contención" estadounidense.
“Es probable que una parte de Xi haya celebrado en privado la derrota de los demócratas en Estados Unidos como una muestra de la fortaleza del sistema chino”, afirmó Steve Tsang, director del Instituto SOAS China de Londres, a NYT.
No obstante, especialistas aseguran que la reunión de Biden y Xi no tendrían ninguna concesión, debido a que China sabe que “después de que Trump asuma el cargo, es muy probable que muchas de las promesas hechas por Biden, muchas de las políticas adoptadas o medidas implementadas sean completamente revertidas”, según Xin Qiang, subdirector del Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Fudan en Shanghái.
Xi previamente había pronosticado el aumento del proteccionismo y una mayor "fragmentación de la economía mundial". Además, el auge de una fase de "turbulencias y transformaciones" que coinciden con el ascenso de Trump.
En ese sentido, el regreso de Trump aviva la guerra comercial que inició durante su primer mandato y el peligro del aumento de los aranceles a todas las exportaciones hacia Estados Unidos, elevando los de China hasta un 60% y los de México (principal socio comercial de Washington) al 25%.
Pero la escalada de aranceles a productos chinos, como los microprocesadores, "ni empezó ni va a terminar con Trump", señala el internacionalista Farid Kahhat a la AFP.
"Si llegas a un acuerdo con Biden, probablemente lo cumpla. El problema con Trump es que, como él mismo se enorgullece de serlo, es impredecible", explicó el analista Farid Kahhat a la agencia AFP.
La economía ha sido un arma de doble filo durante la gestión de Biden, su gobierno tuvo que enfrentar los efectos económicos derivados de la pandemia del 2020 y de la crisis energética desencadenada por la invasión de Rusia en Ucrania en febrero del 2022. Según los datos económicos, se desempeñó de manera adecuada en esta situación. Pese a ello, los indicadores muestran una realidad que no necesariamente se refleja en la vida cotidiana de las personas.
Fueron las mismas preocupaciones por la inflación las que ayudaron a Trump para regresar a la Casa Blanca. Sin embargo, con sus políticas la inflación podría regresar con fuerza.
La inflación subió al 2.6% en octubre, su primer aumento en seis meses, según el Índice de Precios al Consumidor. El aumento estuvo en línea con las expectativas, pero también fue una señal de que la inflación no está completamente controlada.
Las propuestas de Trump de aranceles entre un 10% a un 20% sobre las importaciones llevarían a un aumento en los precios de consumo diario, según un informe de la Federación Nacional de Minoristas. Por ejemplo, las zapatillas deportivas de US$ 90 podrían costar entre US$ 106 y US$ 116 con los aranceles que propone Trump, según CNN.
Además, la propuesta de Trump de deportaciones masivas podrían aumentar los precios de los alimentos. Alan Auerbach, profesor de economía en UC Berkeley, señaló a CNN que los inmigrantes indocumentados a menudo trabajan en la agricultura o en el procesamiento de alimentos, lo que presagia una escasez de mano de obra si son deportados.