Había anunciado Feijóo en la víspera que la comparecencia de Mazón reconciliaría a los ciudadanos con la política, pero el larguísimo alegato del presidente valenciano defraudó las expectativas. Pidió disculpas genéricas y describió o sugirió responsabilidades compartidas, diluyendo las suyas en la confusa información de la confederación hidrográfica y los servicios de meteorología. Tras reconocer numerosos errores en la prevención y respuesta a la emergencia, achacándolos a fallos del sistema, se presentó como el encargado de liderar la recuperación de la tragedia. Como si fuese su propio sucesor, alguien que llegase de nuevas a hacerse cargo de las consecuencias de una ristra de pifias ajenas. Ese hombre que parecía recién aterrizado para afrontar un reto crítico hizo un relato de...
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