Según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), en 2018, el 80% de las edificaciones en Lima fueron construidas de manera informal, sin licencia ni supervisión adecuada. Esta cifra se eleva al 90% en las zonas periféricas, lo que representa un grave riesgo ante posibles sismos. Esta galeria de Gamarra con 13 pisos y un ancho de poco más de dos metros, se erige como un ejemplo de las deficiencias en la construcción en Lima
A pesar de ser un lugar que recibe miles de visitantes diariamente, la galería ha sido catalogada como una de las edificaciones más peligrosas de la ciudad. Su diseño desafía las normativas de construcción y pone en riesgo la seguridad de quienes la frecuentan.
Ubicada en la cuadra 10 de Antonio Bazo, la galería Olinda ha sido objeto de críticas por su construcción deficiente. Expertos en la materia han señalado que el edificio carece de separaciones sísmicas, lo que lo hace vulnerable ante movimientos telúricos. Según el Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE), desde los años 90, las construcciones deben mantener una distancia de entre 0,5 y 2 metros para evitar colapsos en caso de sismos.
José Sato Onuma, asociado del Centro de Estudios y Prevención de Desastres (PREDES) y especialista del Colegio de Arquitectos del Perú, ha manifestado su preocupación respecto a la galería Olinda en Gamarra. En una entrevista, explicó que “al ser muy alto y tener una fachada muy angosta, el desplazamiento lateral ante un sismo es mayor”, lo que podría resultar en “la pérdida total de lo invertido en segundos”.