Poco a poco, nuestro habla diaria se ha ido llenando de palabras que provienen del anglo, hasta el punto que han invadido por completo el vocabulario popular. Cada semana se puede leer en la prensa algún artículo sobre un nuevo concepto que viene a decir lo mismo que otra palabra española (o peor aún, que un refrán), pero con una supuesta sofisticación, porque está en inglés.
Ya sea 'jogging', 'running' o 'footing', ninguno de estos términos podrá superar jamás lo directo que es nuestro idioma, que llama a las cosas por su nombre: trotar, correr y 'andar al trote cochinero'. Las generaciones más jóvenes, sin embargo, parecen tener inoculado un gusto especial por intercalar palabras del inglés, siendo el terreno social y de las relaciones unos de los más infectados con esta clase de extranjerismos.
'Gas lighting', 'ghosting', 'cherry picking', 'pocketing', 'orbiting', 'love bombing' y una miríada más de infinitivos sustantivados. Todos ellos resumibles en expresiones con más poderío como 'portarse como un capullo' o 'tener comportamientos insanos'. Pero la era de la tecnología es sinónimo de especialización, y cada vez se buscan términos para ser más puntillosos y matizarlo todo.
Hoy en día, ya muchas de las interacciones y primeros contactos que se dan entre los jóvenes se dan a través de redes sociales y aplicaciones de citas. Aunque han sido muy criticadas, no dejan de ser una especie de versión digitalizada del 'ligoteo' que se daba antiguamente en las plazas, donde los chicos hacían la ronda en una dirección y las chicas en otro, hasta que alguno se gustaba y tomaban el paseo juntos. Las formas cambian, pero el fondo permanece; por mucho que avancemos en tecnología, el ser humano sigue teniendo los mismos intereses.
Sin embargo, existen ciertas dinámicas a la hora de buscar pareja que han cambiado mucho debido a que ahora la exposición de la vida personal se ha disparado desde que se usan las redes sociales como plataformas donde mostrar los logros y obtener cierto reconocimiento o estatus social. Y es lo que ha investigado un reciente estudio realizado en los Estados Unidos.
Ya hace unos años que la revista norteamericana Science Advances publicó un artículo donde compartían una investigación científica realizada sobre varios grupos de jóvenes y sus gustos y preferencias a la hora de buscar pareja a través de aplicaciones de citas. Las conclusiones, si bien pueden parecer alarmistas, tampoco parecen haber descubierto nada nuevo.
Según este estudio, tanto los hombres como las mujeres intentan tener citas o comenzar relaciones con otras personas que son hasta un "25% más deseables que ellos mismos", en busca de mayor estatus socioeconómico. Ahora a este hecho se le ha puesto el nombre de 'throning', que podría traducirse en algo así como 'tronabilidad' o 'búsqueda del trono'.
En España, esto siempre se ha conocido como 'ser un buscón' o 'dar un braguetazo', o sea, tener el lícito deseo de querer progresar en la vida tanto social como económicamente, pero hacerlo a través de una relación de pareja. Aunque esté en inglés, no hay demasiada diferencia con las razones que motivaban las 'relaciones de conveniencia', ni necesidad alguna de perder términos tan propios como los ya mencionados en pos de un falso refinamiento.
Pero en su investigación, los autores no solo hacían referencia a una búsqueda de mayor estatus por criterios económicos, sino también de reconocimiento social. Esto cobra especial relevancia en la actualidad por el uso de las redes sociales, donde muchas personas se muestran a sí mismas con sus parejas como 'trofeo' en busca de la aprobación general o de ser juzgados como personas 'más valiosas' por alguna razón. La llamada 'cultura del like', que busca una retroalimentación constante para sentirse validado por las acciones, podría estar contribuyendo a empeorar esta práctica.
Aunque sea un cliché, es cierto aquello de que a los ricos y/o famosos les cuesta mucho encontrar una pareja y amigos que les quieran de forma sincera, y guardan dudas sobre si se les acercaron por amor o en busca de sacar alguna clase de rédito. Otras veces, se critica a las personas exitosas de forma hipócrita cuando sus parejas no están en el mismo 'rango' de belleza o riqueza que ellas. El futbolista británico Declan Rice ha sido víctima de numerosos ataques por estar casado con una chica 'normal' y no una supermodelo, a lo que él ha respondido en alguna ocasión que "Mi mujer es el amor de mi vida y no existe nadie mejor para mí".