Ginebra.- Ucrania afronta su peor invierno desde que empezó la invasión rusa, pero no por pronósticos de que el invierno será especialmente duro, sino por la destrucción del 65 por ciento de la infraestructura energética en los últimos meses, lo que ha obligado a que se planifiquen interrupciones de la electricidad de al menos ocho horas al día, aunque podrían ser más largas, dijo este viernes la ONU.
“Estamos trabajando con varios escenarios. Ha habido mucha destrucción, pero también ha habido reparaciones. En los tres meses que llevo en Ucrania ha habido apagones, algunas veces de varias horas, pero junto a las autoridades estamos planteando escenarios que podrían ser desde ocho horas o más, hasta 16 horas”, dijo el representante de la ONU en Ucrania, Matthias Schamale.
“La destrucción (de las instalaciones de producción energética) ha sido mayor que en los dos últimos inviernos”, explicó a la prensa internacional en Ginebra.
Sostuvo que a pesar de los esfuerzos, no se ha podido reconstruir lo suficiente la infraestructura dañada y que se teme lo que pasaría si Rusia insiste en sus ataques contra este sector, lo que combinado con el inicio del invierno podría provocar nuevos desplazamientos de población, tanto dentro como fuera del país.
En cualquiera de los casos, Schamale dijo que preocupan las personas que viven en edificios altos en las ciudades porque serán muy difíciles de calentar y que las autoridades locales están ya preparando refugios para el frío, donde la gente podrá entrar en calor y recibir una comida caliente.
El jefe humanitario recordó que los ataques a las plantas de producción de energía están prohibidos en situaciones de guerra porque son infraestructuras civiles, ya que suministran a la población el gas y la electricidad para calefacción, para cocinar o para que funcionen los sistemas de distribución de agua potable, así como hospitales y otros servicios esenciales.
“Si hay más ataques importantes que afectan lo que ha sido reparado, la situación será mucho peor”, reconoció.
En cualquier circunstancia, Schamale comentó que el escenario más catastrófico sería que haya un ataque que alcance, intencionalmente o no, la central nuclear de Zaporiyia (una de las más grandes de Europa), que produce una parte considerable de la electricidad, a lo que se añade la radiación nuclear que produciría, con consecuencias imprevisibles.
“Desgraciadamente hemos considerado esta posibilidad y por esto pedimos a Rusia que no efectúe ataques cerca de esta instalación”, dijo.
Schamale también hizo hincapié en el terror que está causando desde hace algún tiempo en la población los frecuentes ataques con drones, con civiles que relatan cómo estos dispositivos son capaces de perseguirlos.