¿Sueño o realidad? La brecha entre el dólar mayorista ($999,75) y el dólar MEP ($1.103) ayer bajó a sólo 10,3%. Este bajo nivel, especialmente si se lo compara con los 190% del fin de la gestión de Alberto Fernández, no fue imaginado por el mercado, ni aún por los más optimistas. Hasta propios funcionarios no imaginaban este clima en mercados para noviembre.
El "carry trade", salir de una moneda como el dólar y posicionarse a tasa en pesos en la plaza local, en la primera quincena del mes está brindando retornos de 4%.
Los rendimientos en pesos en la quincena acumulan retornos del 1,5% pero lo que llama la atención es la caída en las diferentes versiones del dólar. El MEP acumula retrocesos de 2,65%, el "contado con liqui", 1,46% y en el dólar libre se amplía a 4,2%.
Cuando se analizan los retornos posibles en pesos, los retornos de las Lecap y Boncap se comprimieron y a noviembre del 2026, ofrece una tasa nominal anual en pesos de 30%. Las potenciales alzas ya no son tantas.
¿Y el dólar? Es la gran incertidumbre. ¿Subirá más o menos que ese 30% en un año? La impresión en las operaciones a futuro es que no habrá mayores movimientos en su cotización. Pero lo que está claro es que las potenciales ganancias del "carry trade" ya no son tan apetecibles.
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Más allá de los rendimientos en pesos, ¿cuánto más pueden caer las diferentes versiones del dólar? Con brecha de 10%, el margen es muy reducido. Por ello es que ya algunos operadores están reviendo la relación riesgo- retorno posible y por ello muy cerca de desarmar posiciones.
"Si a un año la tasa es de 30% anual, el margen de alzas es reducido cuando pueden aparecer cisnes negros, o grises, aunque sea, que provoquen saltos en el tipo de cambio", dijo a El Cronista el director de una ALyC que optó por el anonimato.
"Nuestro escenario revisado ahora supone que la inflación mensual promediará el 2,5% en el primer trimestre de 2025 (en comparación con el 3,8% anterior), bajo el supuesto de que la administración desacelera el tipo de cambio móvil. Esto es consistente con la inflación de fin de año del 2025 en el 29 % anual. Tal curso de acción estaría más alineado con posponer la transición a un nuevo marco cambiario hasta más adelante", destacó un informe de JP Morgan tras difundirse el dato de inflación de octubre.
Los economistas del Barclays son más cautelosos. "El equipo económico argentino eligió un sendero riesgoso, en nuestra visión, dado que mantener los controles de capitales y validar un bajo tipo de cambio tiene el riesgo de círculo vicioso de reservas en baja que pueden interrumpir la desinflación de la economía. Sin embargo, un exitoso blanqueo redujo la brecha cambiaria y una inflación a la baja fortaleció la credibilidad del crawling peg y gatilló elecciones de portafolio favorables a la acumulación de reservas en un momento clave. La mejora es frágil porque esas elecciones pueden revertirse con un históricamente bajo tipo de cambio real", señaló.
Ingresar a los valores mínimos y salir en los máximos es imposible. Sí gradualmente hay quienes van desarmando posiciones, pero en forma imperceptible en las cotizaciones. El dólar bien puede seguir a la baja en diciembre. Y el "carry trade" dar una alegría adicional a sus jugadores. Pero, de nuevo, las ganancias potenciales se van reduciendo, lo cual es lógico en la medida en que la economía argentina se va normalizando.
El contexto internacional juega su rol también. Habrá que analizar el impacto de las primeras medidas de Donald Trump desde el 20 de enero. En definitiva, Argentina se mueve también en función de los flujos de fondos hacia los emergentes. Puede escaparse a esa tendencia por un tiempo. Pero los flujos mandan. Hoy entran. Y hay alegría.