La red social de Elon Musk activa un cambio de políticas que le permite enviar información personal a terceras empresas para que entrenen sus propios algoritmos
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Este 15 de noviembre ha entrado en vigor un cambio en las políticas de privacidad de X (más conocida como Twitter) por el que la compañía se reserva el derecho de vender datos personales de sus usuarios a terceras empresas para que estas entrenen sus propios modelos de inteligencia artificial. La modificación, que no se ha comunicado directamente a los usuarios, coincide con la aceleración de registros de miembros de X en Bluesky, una red de funcionamiento muy similar pero basada en un protocolo descentralizado.
“Si continúa utilizando nuestros productos o servicios a partir del 15 de noviembre de 2024, estará aceptando los términos de servicio y la política de privacidad actualizados”, notificó la red social propiedad de Elon Musk en una entrada de blog publicada en octubre.
El nuevo capítulo de la política de privacidad se denomina “colaboradores de terceros”. “Dependiendo de su configuración, o si decide compartir sus datos, podremos compartir o divulgar su información con terceros”, desglosa el texto modificado: “Si no opta por no participar, en algunos casos los destinatarios de la información pueden usarla para sus propios fines independientes, además de los establecidos en la política de privacidad de X, incluido, por ejemplo, para entrenar sus modelos de inteligencia artificial, ya sean generativos o de otro tipo”.
Para desactivar en envío de datos personales recogidos por X a terceras empresas con dichos fines, es necesario desactivar esta opción desde el panel de configuración de la app. En el apartado “Privacidad y seguridad” hay una sección denominada “Intercambio y personalización de datos”. Dentro de esta última, es necesario dirigirse a “Datos compartidos con socios comerciales” y desactivar la pestaña referida a las transferencias especiales de datos que pueden derivarse al entrenamiento de la IA.
Cabe destacar que esto no cancela por completo el envío de cualquier dato a otras empresas, puesto que “X siempre comparte información con socios comerciales para que sus productos funcionen y puedan mejorarse”, como explica la red social en dicho apartado. Desactivar la pestaña solo afecta a la “información adicional” que puede usarse para nutrir las bases de datos de los algoritmos generativos.
X también está utilizando los datos de sus usuarios para entrenar su propia IA, Grok, que solo está disponible para los miembros de pago. No obstante, también puede desactivarse. La pestaña para ello se encuentra también en el apartado “Privacidad y seguridad” de la app, dentro de la última sección, denominada “Grok”.
A pesar de avisar frecuentemente sobre los riesgos de la IA, Elon Musk es una de las figuras que más ha incursionado en el negocio de los asistentes virtuales basados en esta tecnología. Estuvo en el equipo fundador de OpenAI, desarrolladora de ChatGPT. Tras verse fuera de la empresa por incompatibilidades con su papel en Tesla fundó XAI, la creadora de Grok.
Su asistente quiere diferenciarse del resto por un mayor uso del humor y el sarcasmo. Según ha explicado Musk, Grok está inspirado en personajes como Jarvis de Iron Man o Marvin de La guía del autoestopista galáctico, y afirma que ofrece respuestas entretenidas y “rebeldes”.
Todas estas tecnologías se basan en el contenido subido por los usuarios a Internet durante años para su entrenamiento. En esta ocasión las nuevas políticas han coincidido con el trasvase de usuarios de X hacia Bluesky, cuyo modelo de negocio evita recoger datos personales de los usuarios. Este jueves la plataforma, que en menos de un año abierta al público general ha ganado 16 millones de usuarios, sumó un récord más de un millón de registros en 24 horas.
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