Sin tiempo para zaherirse mentalmente del revés sufrido en Madrid, el segundo de la temporada, el Real Betis Baloncesto cambia por unas horas el chip y el estrés de la competición liguera por el oasis que hasta este momento está suponiendo para sus intereses la Copa de España, torneo de nuevo cuño que lidera en el Grupo F tras firmar pleno de victorias en las tres primeras jornadas. Superados los obstáculos del Melilla Ciudad del Deporte (57-74) , el Naturavia Morón (70-53) y el Ciudad de Huelva (62-89) , litigios todos ellos de carácter oficial pero que al Betis le sirvieron también de bancos de prueba en la pretemporada, los verdiblancos abrochan esta noche la fase de grupos en San Pablo midiéndose al Damex UDEA Algeciras , penúltimo clasificado del Grupo Oeste de la Segunda FEB con sólo una victoria, la conseguida precisamente esta pasada jornada en Huelva, tras seis partidos disputados, y con nuevo entrenador en el banquillo, Javier Malla. El conjunto gibraltareño es ahora mismo un rival directo del Insolac Caja 87 en su categoría. De hecho, son los dos clubes que cierran la tabla de su conferencia, si bien es cierto que los gaditanos partían de salida con el objetivo de clasificarse al final de temporada para el play off de ascenso. Hechas estas consideraciones, lo normal es que el partido adquiera para el Betis Baloncesto el rango de trámite con el que aligerar la pesada digestión de la derrota en el WiZink Center y recuperar la confianza volviendo a la dinámica ganadora a cinco días de subirse de nuevo a la bici para afrontar, también en San Pablo, el segundo puerto de montaña que le depara el calendario antes del parón por la ventana FIBA de selecciones. Al pabellón de la calle Éfeso llegará el domingo (12.30) el San Pablo Burgos de los exverdiblancos Bruno Savignani, Pablo Almazán y Luke Fischer, que ha puesto velocidad de crucero y sigue invicto, liderando la Primera FEB sin conocer la derrota, tras siete jornadas ya celebradas. Un partido sin duda huesudo que medirá de nuevo la dimensión competitiva del Betis ante un rival pujante y directo como ya pasó hace tres semanas con el Palencia Baloncesto y el pasado domingo en la pista del todopoderoso Movistar Estudiantes . De esa derrota, a excepción del hipotenso primer cuarto, tampoco tiene mucho que reprocharse. No debería hacerse sangre por lo que allí aconteció. Es verdad que los colegiales arrollaron de salida, con siete triples materializados de nueve intentos en los primeros diez minutos , pero luego tuvo el Betis la capacidad de recomponerse, equilibrar el choque y hasta ponerse por delante (42-46), tras mucho remar, en el tercer parcial, jugándole de tú a tú al Estudiantes hasta que la irrupción de Granger en los minutos finales decantó el duelo. En ese momento crítico, al Betis le faltaron puntos, afinación en el tiro para romper el partido pegando ese estirón que sí dieron los madrileños. Imponerse en el WiZink como visitante no es nada fácil y los verdiblancos, que jugaron en la capital de España sin el lesionado Jelinek , lo han comprobado ya en sus carnes varias veces en las dos últimas temporadas. Dicho lo cual, toca levantarse, corregir lo necesario, porque margen de mejora siempre hay, y emplear este partido copero a modo de entrenamiento con público (ayer el equipo descansó tras jugar en la tarde del domingo), mas sin faltarle el respeto al rival, compitiendo con la debida seriedad y pensando no sólo en acabar la fase de grupos invicto sino también en la preparación del importante duelo con los burgaleses. Debería ser la de hoy una buena ocasión para dosificar a los primeros espadas de la plantilla y para que jugadores como Pablo Marín y Domènech , que apenas jugaron contra el Estudiantes, tuvieran minutos y protagonismo ante un rival de inferior categoría que, de acuerdo con las declaraciones efectuadas por su entrenador, se toma esta cita como «un entrenamiento durísimo» teniendo en cuenta que acaba de llegar al puesto sustituyendo a Miki Ortega y necesitará tiempo y trabajo para que sus jugadores asimilen el nuevo libreto. Lo importante para el Algeciras ahora mismo es la liga, la Segunda FEB, donde quiere escapar cuanto antes de las últimas posiciones. Para el Betis, sin embargo, la Copa de España es otro frente competitivo que no quiere descuidar, sino mimar. El deseo del presidente verdiblanco, Pedro Fernández , es ganarla, de hecho. Hay que recordar que los líderes de los ocho grupos se cruzarán en una ronda de cuartos de final con sorteo puro que se dilucidará los días 23 de diciembre y 7 de enero. Los cuatro vencedores de esas eliminatorias sellarán el billete para la Final Four de los días 24 y 25 de enero de 2025. El Algeciras es un club refundado en 2017 y presidido actualmente por el exjugador y empresario gibraltareño San Buxton, que en una carta reciente dirigida a sus aficionados y publicada en la web del club detalló los costes totales de la temporada (400.000 euros, de los que 300.000 corren de su cuenta) y desveló que en los últimos tres años su inversión en el proyecto se acerca al millón de euros. Su arranque de temporada no ha sido nada bueno, tras caer con la Cultural Leonesa, el Melilla, el Albacete, el Coto Córdoba y el Zornotza. Un serial de cinco derrotas en fila que propiciaron el cambio de técnico y la permuta de una pieza interior: se marchó el danés Eleraky y en su lugar llegó el nigeriano Ikepze . El sevillano Alejandro Rodríguez es uno de los ala-pívots de un plantel en el que sobresalen también los nombres del ursaonense y canterano verdiblanco Sergio Cecilia, Chuso González y el pívot croata Jere Vucica. En la Copa de España, el Algeciras perdió en Melilla y con el Naturavia Morón en casa, donde venció al Ciudad de Huelva.