La ampliación del “Zanjón”, un tramo clave de la Vía Expresa Sur, avanza a buen ritmo y se espera que esté finalizada en diciembre del 2025. Este proyecto, que busca mejorar la conectividad y reducir el tráfico en la capital, ha enfrentado diversos obstáculos, pero las autoridades aseguran que se están tomando las medidas necesarias para cumplir con los plazos establecidos.
Esta nueva vía será una de las más importantes arterias de Lima, la cual aliviará la congestión vehicular, uno de los principales problemas de la capital. Cabe resaltar que dicha obra mejorará la infraestructura existente e incluirá la construcción de nuevos carriles, lo cual permitirá un flujo más eficiente en la zona.
Pese a los contratiempos, como la necesidad de reubicar servicios públicos y la coordinación con los vecinos de la zona, el avance de la obra es notable. Las autoridades han manifestado su compromiso de mantener informada a la población sobre el progreso de los trabajos y de garantizar la seguridad de los trabajadores y ciudadanos durante la ejecución del proyecto.
Por su parte, Carlos Peña, gerente de Emape, señaló que la ejecución de la obra comenzara en enero de 2025 destacando que la Vía Expresa Sur, en lugar de ser soterrada, será construida a nivel. "Estos intercambios, que estaban diseñados para ser peajes, se están retirando y, además, habrá un metropolitano. Una vía importante y moderna como las hay en las principales vías de mundo", señaló Peña, quien destacó que la obra no será un zanjón.
Cabe resaltar que la ampliación proyecta la creación de un tramo que conectará la Vía Expresa Sur con otras importantes vías de la ciudad. No obstante, se han reportado problemas con respecto a esta obra, pues el alcalde Rafael López Aliaga ha recibido críticas debido a los métodos de expropiación y demolición ejecutados. Vale mencionar que el centro educativo Champagnat quedará dividido por la obra, lo cual ha generado preocupación entre los padres de familia y residentes de la zona.
La controversia por la expropiación de terrenos para el megaproyecto ha generado tensiones en la comunidad. Mientras algunos propietarios han decidido retirarse de manera voluntaria, otros se mantienen firmes en su postura, considerándose legítimos dueños de los inmuebles afectados, los cuales están siendo retirados por las obras. Estos últimos han optado por visibilizar su resistencia mediante carteles que expresan su oposición a la medida.